La UE celebra las reuniones de Gobierno y oposición y confía en que lleguen a un acuerdo

EUROPA PRESS 15/04/2014 15:28

"La Alta Representante considera que los esfuerzos para involucrar a todas las partes en las negociaciones constituyen un paso importante para responder a las preocupaciones legítimas del pueblo Venezolano a través de un diálogo continuado y sincero", ha manifestado su portavoz en un comunicado.

La jefa de la diplomacia europea ha dejado claro que "espera que el Gobierno Nacional, los líderes de la oposición, los estudiantes y la sociedad civil venezolana puedan trabajar conjuntamente y llegar a un consenso que permita superar la situación actual".

"La alta representante recuerda la importancia del respeto de los derechos humanos básicos y la libertad de expresión en toda circunstancia, y anima a todas las partes a lograr resultados concretos", ha concluido su portavoz en la nota.

La crisis política en el país iberoamericano estalló el pasado 12 de febrero, cuando arrancaron las protestas antigubernamentales y la represión de las mismas por parte de las fuerzas de seguridad y de civiles armados.

Desde entonces, opositores y oficialistas han marchado a diario para repudiar las acciones del contrario y llamar a un diálogo que aún no se ha producido porque la oposición exige antes la liberación de los detenidos, el desarme de los grupos pro gubernamentales y el fin de la represión.

La inestabilidad de Venezuela ha llevado a sus vecinos regionales a reunirse para buscar una solución. La Organización de Estados Americanos (OEA) se ha limitado a hacer un llamamiento al diálogo, a pesar de que Panamá había solicitado medidas efectivas, lo que ha llevado a Venezuela a romper las relaciones bilaterales.

La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) fue un paso más allá, expresando su respaldo al Gobierno de Nicolas Maduro y anunciando la creación de una comisión conformada por los ministros de Exteriores del bloque regional para acompañar el diálogo en el marco de la Conferencia Nacional por la Paz. Gracias a la mediación de UNASUR, las partes aceptaron negociar bajo el auspicio de un "testigo de buena fe": el Vaticano.