La suma que tiene que pagar esta joven asciende a 360 euros, una cifra que en España puede parecer baja, pero para esta ciudadana hindú se convierte en astronómica. Según explica, tiene que abonar la cuenta de los tres meses que ha estado su marido hospitalizado o no le darán el alta para irse a casa.
Necesita el dinero y, no teniendo nada de valor, ha decidido poner en venta a su hijo de tres meses. Ella no ve otra salida.
Los responsables del hospital niegan la versión dada por la joven. Aseguran que jamás retendrían a una persona por no tener medios económicos y afirman que es la propia familia la que no quiere hacerse cargo del paciente.