Wikileaks revela que el ciberataque a Google en 2009 fue obra de dos altos mandos chinos

INFORMATIVOS TELECINCO 04/12/2010 18:53

Según recoge el citado diario, la fuente de los estadounidenses señala a Li Changchun y Zhou Yongkang, números cinco y nueve en la jerarquía del Politburó, como máximos supervisores de la operación. El interlocutor desconoce si el presidente, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, estaban al tanto del proyecto, según el despacho de la diplomacia estadounidense. El asunto, aclara sin embargo la fuente, fue "100%" político y no constituía una simple escaramuza para favorecer a los competidores chinos de Google.

El ataque, según denunció Google el pasado 12 de enero, fue muy sofisticado y logró acceder a propiedad intelectual sensible de la empresa y violar los correos electrónicos de algunos disidentes chinos usuarios de Gmail. Posteriormente se supo que al menos otra treintena de empresas estratégicas estadounidenses de los sectores de defensa, químico y tecnología de la información fueron víctimas de ataques en la misma oleada. La ofensiva -denominada Operación Aurora- empleó diferentes técnicas para acceder a códigos fuente e información reservada, pero muchos expertos consideraron en las semanas posteriores que eran obra de un mismo autor.

Los cables perfilan un horizonte de constante espionaje informático, dirigido al menos desde 2003 contra Gobiernos occidentales y del este de Asia (Japón y Corea del Sur, sobre todo), disidentes, empresas, y contra las oficinas del Dalai Lama, que los servicios de inteligencia de los países atlánticos coinciden en atribuir a atacantes chinos, aunque sin pruebas irrefutables de la implicación de Pekín.

Coincide con declaraciones de un directivo de Google

El testimonio es coherente con la descripción de la batalla entre Google y el PCCh que ofreció un alto ejecutivo de la empresa. Señalaba que "la raíz de los problemas es el miembro del Politburó y jefe de Propaganda Li Changchun". Este, explica el directivo, exigió a la empresa borrar de la página google.cn -sometida a censura- el vínculo que permitía acceder a la página libre google.com. El representante de la empresa cuenta que, según sus informaciones, Li habría navegado personalmente a través del buscador libre, tecleando su nombre y encontrando resultados con duras críticas a su persona. Pekín, lamenta, ya había ordenado a las tres compañías estatales de telefonía no colaborar con Google China, algo que suponía un daño considerable para el desarrollo de sus negocios.

El directivo y el diplomático estadounidense con el que habla coinciden en esa conversación que los tiempos ya son maduros para una intervención a alto nivel político que frene el acoso. Concluyen que el secretario de Comercio de EE UU, Gary Locke, sería la figura más adecuada.

Dos meses después, en julio de 2009, Locke aterriza en Pekín. En una reunión con el ministro de Industria y Tecnología de la Información chino, Li Yizhong, el político estadounidense plantea la cuestión. Locke señala que EE UU está muy preocupado por las recientes medidas tomadas por China contra Google. "Señalando que el tiempo programado para el encuentro ya se había acabado, Li declinó replicar específicamente a las cuestiones planteadas sobre Google", relata, lacónicamente, el cable estadounidense sobre el encuentro.

Instrucciones de Hu de no tensar el asunto

En enero de este año, Google denuncia el ataque. Ya no se trata solo de medidas de boicot, como en los meses anteriores, sino de un acto de espionaje, con robo de propiedad intelectual sensible. En marzo, Google cierra su portal chino y empieza a redirigir automáticamente sus usuarios al portal, libre, de Hong Kong. El Gobierno chino responde a finales de marzo cortando temporalmente todo acceso a Google.

La fuente cercana al Politburó relata a la Embajada estadounidense que después de la denuncia de Google en enero el asunto de la libertad en Internet es discutido abundantemente en la cúpula del PCCh. Sus miembros llegan a la conclusión de que la cuestión se ha convertido en el nuevo campo de batalla ideológica entre EE UU y China, suplantando el tradicional tema de los derechos humanos. Varios contactos advierten de que los altos funcionarios chinos ven los esfuerzos estadounidenses en pro de la libertad en Internet como un ataque, evocando el espectro de las "revoluciones de colores" -como la naranja ucrania o la verde iraní-, que a través de Internet y las nuevas tecnologías impulsaron movilizaciones que desestabilizaron varios regímenes en los últimos años.

Sin embargo, dice la fuente cercana al Politburó, ya en enero el presidente Hu da instrucciones de no tensar el asunto hasta el punto de causar trastornos duraderos a las relaciones chino-estadounidenses.

Efectivamente, tras algunos meses de pulso, a principios de julio de este año el Gobierno chino renueva la licencia a Google, que por su parte deja de redirigir automáticamente sus usuarios al portal libre de Hong Kong. Los dos frentes hallan así una solución de compromiso satisfactorio.

La lección de los JJOO

La fuente cercana al Politburó relata después de los Juegos Olímpicos de Pekín de agosto de 2008 que la cúpula china extrajo de ellos una lección duradera. La amenaza de boicot en las semanas previas a causa de la represión en Tíbet despertó oleadas de pánico. La decisión de George W. Bush de acudir a la inauguración desactivó las amenazas de boicot. El presidente Hu impulsó el nuevo énfasis en tener buenas relaciones con EE UU, "como clave para tener buenas relaciones con el mundo", según comenta la fuente.

Los estadounidenses se muestran plenamente conscientes de cuánto, pese a su poderoso crecimiento, China necesita evitar enfrentamientos y desorden internacional. A la vez, el episodio de Google es sintomático de la profunda preocupación de la cúpula china por la estabilidad del régimen. LA