La policía del condado de Virginia (Estados Unidos) ha explicado que el joven llamó al 911 diciendo que tenía una bomba atada a su pecho e insistió en que tenía a su madre como rehén, según recoge el diario El Horizonte.
Rubén también aseguró que tenía cuchillos y un arma, pero nada de eso era cierto. Cuando la policía se acercó a su casa, el joven salió con una chaqueta gruesa que no permitía ver si realmente tenía algo escondido dentro.
Su hermano corrió hacia la policía tratando de intervenir, en ese momento Rubén golpeó a la novia de su hermano con una palanca, ante lo que los oficiales le ordenaron detenerse pero él seguía avanzando.
Al ignorar la orden uno de los policías le disparó dos veces y él se desplomó. Contra el policía no se han levantado cargos.
Un abogado ha concluido que el tiroteo estaba justificado porque Rubén "estaba listo, dispuesto y capaz de infligir la muerte o lesiones corporales graves a los oficiales que respondieron la llamada". Se trata de un suicidio a manos de la policía.