¿Qué hacer si te toca la Lotería de Navidad? Claves para trazar un plan y evitar la ruina

  • Todos soñamos con que nos toque la Lotería de Navidad y nos encanta imaginar qué haríamos con tanto dinero pero, a la hora de la verdad, la planificación es clave

  • Los expertos recomiendan ser discreto desde el primer momento y ponerse en manos expertas antes de tomar decisiones importantes sobre el destino del dinero

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Todos, absolutamente todos, fantaseamos cada año con la posibilidad de que nos toque la Lotería de Navidad (claro está, si somos parte del inmenso porcentaje de la población española que participa en este sorteo). El Sorteo Extraordinario de Navidad es, con diferencia, el juego de azar al que más fieles somos, tal vez porque va asociado a un momento festivo y familiar, y porque coincide con la llegada del nuevo año, momento de nuevas oportunidades y de posible reinicio de nuestros hábitos y sueños. Empezar 2023 ganando el Gordo sin duda supondría una entrada triunfal en el nuevo año... pero no te fíes demasiado: invertir bien tu dinero y ser sabio a la hora de comunicar la noticia a tus seres queridos son solo algunas de las claves para que la gestión de tantísimo dinero no te sobrepase. ¿Qué hacer si te toca la Lotería de Navidad?

¿Qué hacer si te toca la Lotería de Navidad?

Si tienes la inmensa suerte de hacerte con uno de los premios importantes de la próxima Lotería de Navidad (o de cualquier otro sorteo), lo primero de todo es celebrarlo, pero los expertos recomiendan hacerlo con moderación y tener mucho cuidado con a quiénes contamos la buena noticia. En ocasiones será un secreto a voces porque las propias administraciones y medios de comunicación se harán eco de ello. En otras podrás mantener cierto perfil bajo, especialmente si tu premio es importante pero no se encuentra dentro de las categorías principales.

Sea cual sea tu caso, la realidad es que, casi de la noche a la mañana, contarás con una liquidez inesperada y es normal que surjan cientos de ideas acerca de cuál es el mejor destino para todo este dinero. Es probable también que las fantasías que tenías en mente antes de recibir el premio se diluyan un poco y que entres en una etapa de mayor cordura. O, al menos, así debería ser si lo que quieres es gestionar bien tu dinero y no despilfarrarlo en pocos meses.

En cualquier caso, ten claro que el dinero, por sí solo, no te hará más feliz. Si te dejas llevar por los excesos y los impulsos más primarios, es probable que termines peor de lo que empezaste. Lo mejor es que pongas el premio a servicio de tus necesidades y valores, y que tus decisiones vayan orientadas a esos fines: desde invertir en la vivienda de tus sueños hasta viajar por todo el mundo, pasando por ayudar a los tuyos o dejar el trabajo para montar un negocio. Para que no te pueda la euforia, puede que te ayude saber que el 70 por ciento de los agraciados en estos sorteos terminan más pobres de lo que empezaron, algo que ocurre, de media, a los 5 años de obtener el premio.

Llegados a este punto, lo primero es cobrar el premio. Dado que la cuantía superará los 2.500 euros, tendrás que acudir a una entidad financiera colaboradora con Loterías y Apuestas del Estado (BBVA, Banco Santander, La Caixa y todas las entidades que forman parte de la CECA, tal y como explica Lotería Manises). Solicita hablar con el director de la entidad y que te garantice por escrito que tu identidad no será revelada. Huye también de medios de comunicación y de cualquier posible 'vocero' de tu nueva situación, ya que necesitarás cierto margen para asimilar lo ocurrido y trazar un plan a tu medida, y es mucho mejor hacerlo en silencio.

Tal y como recuerdan desde BBVA, antes de tomar decisiones importantes debes rodearte de asesores de confianza, tanto si sabes lo que quieres hacer con el premio como si no, aunque puede ser conveniente tener una idea previa y hacer un estudio de mercado. La experiencia de este asesor o equipo de asesores es imprescindible, así como asegurarnos de que se trate de personas de confianza, respaldadas por avales y por una trayectoria previa.

Una vez tengamos claro quién nos ayudará a gestionar nuestro nuevo patrimonio, suele ser buena idea saldar las deudas pendientes, aunque no siempre es así. Por ejemplo, en el caso de una hipoteca, puede que, en un escenario de intereses bajos (que no es el actual, pero sí lo era hace no demasiado), resulte más rentable seguir pagando las cuotas y usar el dinero ganado para invertir en productos rentables que hagan crecer nuestro dinero a pesar de existir este precio previo que pagar. No es el caso en el escenario actual: si quieres ahorrarte intereses, tal vez merezca la pena dar por cerrado el pago de tu hipoteca.

Otra opción es ir amortizando parcialmente la suma debida, reduciendo el tiempo de pago de tu préstamo hipotecario. En el caso de préstamos de consumo, los elevados intereses que suelen ir aparejados a ellos hacen que, con toda probabilidad, sea mejor liquidarlos. Lógicamente, si arrastras deudas ejecutivas (normalmente, con cuantiosos intereses de demora), saldarlas debe ser la prioridad máxima.

Una vez 'limpiado' nuestro historial económico, ya solo resta favorecer a quienes deseemos (familiares, amigos...) e invertir y, en este sentido, los expertos recomiendan diversificar como regla de oro. Poner todos los huevos en la misma cesta (por segura que parezca esta inversión) nunca es buena idea, ya que el riesgo que se corre es elevado. Además, habrá que analizar tu perfil de riesgo, que dependerá de tus intereses, de tu umbral de tranquilidad, de tu edad... Para los menos arriesgados, existen opciones como los depósitos de ahorro a largo plazo, los planes de pensiones, deuda corporativa, compra de arte, adquisición de bienes inmuebles como inversión... 

En todos estos casos, la rentabilidad no es el único factor importante: también lo es la posibilidad de rescatar el dinero y convertirlo en liquidez, así como la tributación de cada operación, sin olvidar nuestra responsabilidad social y la posibilidad de favorecer con nuestro dinero a sectores o causas que resulten acordes a nuestros intereses y preocupaciones. Además, determinadas operaciones, por su repercusión social, pueden resultar muy beneficiosas a nivel fiscal.

A la hora de invertir, ten en cuenta que deberás reservar una cantidad de dinero líquido para poder hacer frente a tus gastos corrientes y a posibles imprevistos: es importante aprender a gestionar el dinero disponible en nuestra cuenta sin recaer en excesos.