Abría la tarde en La Malagueta. El viento parecía dar un descanso para comenzar la faena. 'Caballero', como así se llamaba el primer astado salía con ganas, pero a los pocos minutos se pudo ver como empezaba a flojear. Esto, acompañado con el mal tiempo, que volvía a hacer su aparición impidió a Manuel Díaz El Cordobés lucirse.
Segundo toro de la tarde, 'Barrunte'. Todo el mundo se mostraba esperanzado con que este astado diera más de sí que el anterior. Y es que el lote de Francisco Rivera era uno de los que más gustaba. La tarde parecía venirse arriba pero el viento volvió a complicar las cosas. A pesar de el gran remate del diestro, no obtuvo oreja.
Sale a la plaza Sebastian Castella, el público se vuelca con él desde el principio. Gran faena, grandes pases, el tendido jalea al maestro. Las ovaciones se repiten una y otra vez y el francés no defrauda. Mata al astado con gran maestría pero el presidente sigue resistiéndose a los trofeos.
Manuel Díaz vuelve a salir a la plaza y decide brindar el toro al público asistente con la esperanza de lograr una mejor faena que la primera. La montera cae boca abajo, señal de buen presagio pero el cordobés se despide de Málaga sin conseguir salir por la puerta grande.
Segundo toro para Francisco Rivera. De nombre 'Estropeado' casi parecía presagiar lo que ocurriría. El madrileño hizo lo que pudo. Mostró su disposición al buen hacer desde el primer momento pero él tampoco pudo salir a hombros de 'La Malagueta'.
Y por fin, con el sexto y último toro de la tarde la plaza pudo ponerse en pie. Sebastian Castella arrancó aplausos a los presentes y dos orejas al presidente. Una buena forma de cerrar la corrida picassiana.