La moruja o ensalada de pastores crece antes de primavera debido a la lluvia

AGENCIA EFE 09/01/2011 13:30

Esta hierba pequeñita abunda en los prados de provincias como Ávila o Salamanca y también se puede ver en las orillas de los riachuelos del Norte de Cáceres.

En cada zona recibe un nombre, moruja es la denominación más común, aunque en otros pueblos, como en los del Campo de Argañán (Salamanca), se le llama regajo, en Las Hurdes (Cáceres) Linillo y en otros lugares su nombre es pamplina.

Es como un berro de pequeñas dimensiones, aunque su sabor es mucho más suave.

Su recolección se tiene que hacer a los pocos días de nacer, ya que, de lo contrario, crece demasiado y se endurece, perdiendo sus cualidades culinarias para la ensalada.

Los entendidos recomiendan cortarla en arroyos o regatos donde el agua baje totalmente cristalina y en los que no pasten los animales, para evitar, así, que la moruja pueda estar contaminada.

Si el agua no corre lo suficiente, es mejor no cogerla ya que podría tener algunas toxinas.

Antiguamente, la moruja la solían recolectar los porqueros o los pastores, mientras cuidaban de su ganado en el campo, aunque la merma de población en los pueblos hace que cada vez sean menos las personas que conocen los arroyuelos donde brota esta planta.

A pesar de que existe la creencia de que está prohibido coger este tipo de planta, los agentes medioambientales de la zona han explicado a EFE que no existe ningún tipo de prohibición, siempre que no se altere el cauce del arroyo.

Los recolectores acuden a cortarla con una navaja o con tijeras, con el fin de extraer únicamente la parte superior de la planta, ya que la raíz suele acumular el lodo del riachuelo.

Para prepararla como ensalada, la moruja necesita varios aclarados.

Una vez limpia, sólo hay que aderezarla con aceite, vinagre blanco y ajo.

Algunos restaurantes salmantinos tienen en su carta durante los meses de primavera la ensalada de moruja y reconocen que es uno de los platos más preciados de sus clientes.