Lo que podría parecer un intento por aprovecharse del tirón mediático de su hija no es más que un nuevo intento de Mitch Winehouse por encauzar a Amy por el buen camino, después de los numerosos escándalos que ha protagonizado en los últimos meses.
Mitch canta al amor fugaz en un disco al que ha bautizado como 'Rush of Love' y que ha sido presentado en un local londinense. Allí se pudo ver Amy, contoneándose entre el público y en la penumbra al ritmo de la música de su padre, muy al estilo Winehouse.
Antiguo taxista de Londres, reconoce que no habría cogido un micrófono si no hubiera sido por su hija y madrina musical. Pretende enseñarle a Amy, a sus 27 años, a vivir más despacio y a "ser una verdadera diva", aprovechando su talento y su espectacular voz. Lo hará con la forma de instrucción que más efecto causa en la rebelde Amy: la música.