Una de las clientas lo tiene claro. "No podría ir a otra peluquería". Y es que con la crisis hay quien ha tenido que dejar de acudir todos los meses porque arreglarse el pelo no es una necesidad vital.
En esta peluquería han querido darle un buen corte a la crisis, rebajando sus precios, en ocasiones, a menos de la mitad del coste habitual. Sólo que para ello han tenido que recortar otros servicios. Han dejado de llevar prensa y revistas a diario. "Los clientes traen sus propias revistas y toman sus cafés en las cafeterías, que es donde deben hacerlo".
A tiempos austeros, decoración austera. No hay cuadros en las paredes y el mobiliario es simple y económico. Son detalles que no importan a las clientas, si así pagan mucho menos.
Una de ellas lo asegura: "La relación calidad precio es muy buena". Hacen bien su trabajo y lavar y peinar vale 7 euros, cortar 9 y 11 euros el tinte. De este modo, el negocio es muy rentable porque aunque los clientes pagan menos, hay muchos más y vienen con más frecuencia. AC