¿Por qué nuestro cerebro olvida las experiencias traumáticas?

Noelia comenzó la terapia psicológica por un problema de autoestima que arrastraba desde que era adolescente, pero al indagar en aquella etapa, tenía grandes lagunas de memoria. En el instituto, había sufrido bullying durante dos años y, poco después, comenzó una relación abusiva que destrozó todavía más su autoestima. Los olvidos coincidían con ese periodo de tiempo.

Lo curioso es que Noelia sí recuerda detalles del trauma que vivió: “me acuerdo de los insultos por los pasillos y por internet, pero luego no me acuerdo de anécdotas tontas. Por ejemplo, soy incapaz de recordar el viaje de fin de curso. Mi mejor amiga me cuenta cosas y es como si no hubiese ido”. Respecto a la relación, le sucede algo parecido: “tengo grabados los momentos más bestias que te puedas imaginar, pero luego he olvidado detalles que me hicieron mucho daño, y lo sé porque mi mejor amiga me los recuerda, y siento el mismo dolor que sentí al vivirlos, pero no soy capaz de acordarme bien de ellos”.

Noelia, que ha preferido no revelar su edad y utilizar un pseudónimo, sufre algo más común de lo que pensamos: amnesia disociativa.

Qué es la amnesia disociativa: definición y clasificación

La amnesia disociativa se caracteriza por la incapacidad para recordar información personal importante, generalmente relacionada con un acontecimiento traumático o que generó mucho malestar, y que es demasiado acusada para explicarla como un olvido común.

Encontramos cinco subtipos de amnesia disociativa:

  1. Amnesia localizada: es la más común y se caracteriza por una pérdida de memoria total de un periodo de tiempo concreto, generalmente lo que duró el trauma o las siguientes horas.
  2. Amnesia selectiva: se caracteriza por una pérdida de memoria parcial de un periodo de tiempo concreto. Es decir, la persona puede recordar algunos detalles, pero otros los ha olvidado por completo, tal y como le sucede a Noelia.
  3. Amnesia sistematizada: quienes sufren este tipo de amnesia disociativa, olvidan bloques de información. Sería el caso de Noelia, si hubiese olvidado todo lo relacionado con el instituto, pero recordase todo lo relacionado con su vida familiar.
  4. Amnesia generalizada: la incapacidad para recordar abarca toda la vida. Se trata de un subtipo muy infrecuente y lo más normal es que las personas que lo sufren acudan confusas a la policía o a un hospital.
  5. Amnesia continua: en este caso, hay problemas para almacenar nuevos recuerdos. La persona sufre pérdidas de memoria en el presente.

Se trata además de un problema de origen psicológico. No se debe a un daño cerebral, no se debe al consumo de ninguna sustancia, no se debe a una enfermedad médica, y tampoco se explica mejor por otros problemas psicológicos.

A mayores, esta pérdida de memoria afecta a áreas importantes de la vida de la persona como sus relaciones, su trabajo o su salud mental. En el caso de Noelia, el hecho de no poder recordar le provocaba mucha ansiedad: “es como si alguien hubiera borrado partes de mi vida y a veces siento que no me conozco del todo, que no sé por qué hice las cosas y que podría volverme a pasar. Entro en un bucle que acaba en ataques de pánico”.

Por qué nuestro cerebro olvida las experiencias traumáticas

Encontrar el origen de la amnesia disociativa no es para nada fácil. Por eso, a día de hoy no hay ninguna hipótesis confirmada al respecto ni tampoco ningún hallazgo biológico que permita arrojar luz sobre las pérdidas de memoria asociadas a experiencias traumáticas.

Una de las teorías más aceptadas es el modelo BASK del psicólogo B. Braun, que se remonta al año 1988.

Según el modelo BASK (llamado así por ser un acrónimo de las palabras inglesas behaviour, affect, sensation y knowledge), cuando las personas creamos recuerdos de una forma sana, lo hacemos a cuatro niveles:

  • Procesamos nuestro comportamiento
  • Procesamos nuestras emociones.
  • Procesamos nuestras sensaciones físicas.
  • Procesamos nuestros pensamientos.

Sin embargo, algunas personas sufren problemas para procesar alguno de estos niveles. Eso es lo que ocurre cuando, por ejemplo, tienes un trabajo muy estresante e intentas reprimir las emociones desagradables que sientes allí. También es lo que ocurre cuando sufres una agresión sexual, e intentas ignorar y olvidar las sensaciones físicas tan horribles que estás notando. O cuando tienes una relación de maltrato, e intentas no pensar al respecto.

Según el psicólogo Braun, al no procesar todos los niveles, corremos el riesgo de crear recuerdos parciales y de sufrir lapsos de memoria leves o, en casos graves, amnesia disociativa.

¿Se puede tratar la amnesia disociativa?

La amnesia disociativa es un problema muy complejo, por eso es importante acudir a un psicólogo si sospechas que la sufres.

En terapia, se pueden aplicar diferentes técnicas para poder procesar un recuerdo traumático y, sobre todo, para abordar las secuelas de éste.

Entre estas técnicas nos encontramos con la terapia cognitiva, que tiene como objetivo corregir las creencias distorsionadas asociadas a un trauma, por ejemplo, la baja autoestima, la culpabilidad o la vergüenza. Dentro de este enfoque, se puede utilizar también la estrategia de “actualización de las memorias traumáticas” que consiste en expresar con palabras elaboradas lo que ocurrió, situándolo en un momento dado de la vida de la persona, para poder integrar este recuerdo en su memoria autobiográfica sin que genere tanto sufrimiento.

Otra técnica importante es la exposición, que tiene como objetivo detectar las situaciones que la persona evita porque le recuerdan al trauma y, poco a poco, exponerse a ellas en un contexto seguro.

En cualquier caso, estas estrategias terapéuticas debe realizarlas un psicólogo que conozca tu historia y tus necesidades. Por eso, si sufres cualquier problema o malestar psicológico, pide ayuda profesional.