Los alimentos también pueden contaminar de coronavirus

  • Pasos para mantener la nevera limpia ante el coronavirus: el doctor Xercavins, experto en Medicina Preventiva, comenta las claves en Informativos Telecinco

La pandemia por coronavirus ha hecho que toda precaución sea oportuna. El ir a hacer la compra se ha vuelto una misión para cada familia y las pautas de Sanidad sobre cómo hacerlo ponen de manifiesto el riesgo de contagio. Pese al confinamiento, los casos aumentan: muchas personas no pueden hacer la cuarentena al completo por múltiples razones, por lo que se debe mantener una limpieza 'extrema', según los expertos. Un hecho que ha pasado desapercibido es el momento de guardar la comida que traemos del supermercado en la nevera. El doctor Xavier Xercavins, experto en Medicina Preventiva, explica a Informativos Telecinco una serie de recomendaciones para evitar riesgos con nuestros alimentos.

¿Dónde puede haber formas de contagio del virus?: la nevera y el congelador

"Hay suficientes estudios –nada de lo que decimos es 100% seguro porque los estudios en medicina llevan años- que sostienen, con mucha seguridad, que el frío no perjudica al virus, sino que más bien lo mantiene. Es decir, introducir un alimento contaminado del supermercado -porque lo ha tocado alguien que está infectado- llevarlo a casa y ponerlo en la nevera, supone un riesgo. El virus, entonces, puede permanecer muchos más días de lo que permanece en una superficie", señala el doctor Xercavins, de Doctoralia.

"Es un circuito difícil de llevar, es exagerar, es poner alarma, pero es que en este estado de pandemia hay que exagerar -en limpieza-, porque entonces conseguiremos paz –estar tranquilos dentro de nuestra propia casa por lo menos-", añade. "El congelador, por lo que se sospecha hasta ahora, todavía sería peor que la nevera. El virus no es un anisakis, es como una molécula casi, aunque tiene toda su genética, pero es capaz de sobrevivir a la congelación, según todos los datos. Y podría ser que pueda sobrevivir meses", asegura.

“Vas al supermercado, te entregan guantes y te dan gel desinfectante… Pero, a pesar de todo, lo vemos, siguen los contagios. Alguien puede toser, escaparse el virus (puede que no sepa que lo tiene) y que toque un producto –o paquete-, espicanas congeladas, por ejemplo. Si llegamos a casa y metemos las espinacas en el congelador, al cabo de seis meses, si el paquete tiene partículas de COVID-19, y lo sacamos, seguirá estando presente el virus (pese a que la situación del coronavirus ya se haya resuelto –en un hipotético caso-)", comenta el doctor Xercavins.

¿Qué hay que hacer para tener al coronavirus lejos de nuestros alimentos?

"Todos podemos dejar la nevera limpia en una tarde. La solución: mezclar agua con lejía (un vaso de lejía, más o menos, por medio cubo de agua -de fregar-), sacar todo lo que hay en la nevera y con un paño, cada pieza que se saca del frigorífico como del congelador, pasarle la bayeta con la solución de lejía, dejar las cosas en la encimera –que también hayamos limpiado previamente- y limpiar todas las bandejas y cajones del frigorífico (y el congelador) con el paño que lleva la solución. Tras esto, podemos meter todo de nuevo y ya podemos estar tranquilos", asegura el experto en Medicina Preventiva.

+ La solución de agua y lejía debe cambiarse diariamente, ya que va perdiendo efectividad. Dos litros de agua con medio vaso de lejía estaría bien.

Cada vez que vayamos al supermercado. "Botellas de leche, paquetes congelados … todo lo que sea, hay que pasarle el trapo con la solución de agua y lejía. De esta manera podemos estar tranquilos. En la situación en la que estamos cualquier medida de precaución es oportuna", destaca.

Comida fresca:

"La verdura y la fruta se deben poner en el fregadero fregadero y pasarle una solución de agua con lejía –una mezcla más floja que para limpiar (por medio palmo de agua, dos cucharadas de lejía). Después de dejar reposar un rato los alimentos con la solución, los pasamos por agua, los desinfectamos absolutamente. En todo caso, el pequeño mal gástrico que puede hacer una ínfima dosis de cloro, no tiene comparación con coger el virus. Siempre hay que tratar de ser lo más efectivo", señala.

En cuanto a pescado: "Si lo compramos congelado llevará su caja. Si lo compramos fresco, nos lo envuelven en un papel, el pescado o la carne, e irán a la sartén, por lo que el virus morirá. Los productos frescos tienen que ponerse en un plato, que acto seguido debe ir al lavavajillas (el cual tiene que lavar a 60 grados)", apostilla.

¿Qué hacemos con el producto fresco si no nos lo vamos a comer hasta mañana? “Lo ideal sería ponerlo dentro de un táper, tirar el envoltorio, lavarse las manos después de tocar la carne o el pescado y guardarlo. Los virus no van volando ni tienen patas, se quedan donde están. Si hubiera virus en aquella carne, se quedará dentro del táper. Al día siguiente, cuando queremos cocinar, lo sacamos, lavamos el recipiente a mano o en el lavavajillas y ya está solucionado", concluye.