Los aminoácidos son los compuestos orgánicos con los que se forman las proteínas y constituyen la base de todos los procesos metabólicos. Hay que diferenciar entre los esenciales, los que no puede fabricar el cuerpo y deben ser aportados a través de la dieta entre los que se encuentra el triptófano, los no esenciales, aquellos que el cuerpo es capaz de fabricar y los condicionales, los necesarios para combatir ciertas enfermedades.
Triptófano, el aminoácido de la felicidad
El triptófano es uno de los aminoácidos esenciales -los que deben ser aportados a través de fuentes externas- y de los veinte necesarios para la formación de las proteínas, por lo que influye en las funciones relacionadas con la actividad del sistema nervioso. Pero además se considera el aminoácido de la felicidad porque juega un papel fundamental en la formación de serotonina, un neurotransmisor cerebral implicado en la regulación de estados vitales como el sueño, el ánimo o el apetito.
Los niveles adecuados de triptófano contribuyen a reducir la ansiedad en situaciones de estrés, favorecen la capacidad de concentración y mejoran el rendimiento psíquico, de ahí su importancia para mantener una mente positiva y a pleno rendimiento. Este aminoácido está presente en alimentos de origen animal (carnes magras, leche, queso, huevos), cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, frutos secos y chocolate.
Las funciones fisiológicas de la serotonina
El triptófano es necesario en el organismo para la fabricación de serotonina, el neurotransmisor responsable del bienestar que en niveles adecuados regula el estado de ánimo. Pero la serotonina interviene en otros procesos fisiológicos como son las funciones neuroendocrinas controlando el apetito mediante la sensación de saciedad, la regulación del sueño porque es necesaria para la síntesis de melatonina, el control de la temperatura corporal, la percepción del dolor y el equilibrio del deseo sexual.
Y para que el organismo sea capaz de fabricar serotonina, además de triptófano, necesita cantidades adecuadas de vitaminas y minerales. Entre las primeras son fundamentales las vitaminas B3 -que mantiene el buen estado del sistema nervioso- y B6 -que además de facilitar el proceso metabólico del triptófano, fortalece el sistema inmunitario-. En cuanto a los minerales, hay que hacer mención aparte al magnesio.
Supermineralizarse con magnesio para mejorar el ánimo
El magnesio es un mineral necesario para la producción de energía, para la contracción y relajación muscular, para sintetizar las proteínas y en general para el desarrollo de todas las funciones del sistema nervioso, pero además, igual que las vitaminas, es fundamental en la formación de serotonina. El aporte de magnesio se puede hacer a través de alimentos como espinacas, plátanos, frutos secos o chocolate.
De la misma manera que otros minerales, es eliminado del organismo mediante el sudor, por eso cuando se realiza un esfuerzo físico de alto nivel bajan los niveles de magnesio. Su déficit se puede manifestar con espasmos musculares, calambres, náuseas, debilidad y cambios en el estado de ánimo, pero mantener los niveles adecuados de magnesio ayuda a mantener el cuerpo en forma y la mente positiva.