España espera el pico de contagios con las UCI llenas

  • España suma ya más de 21.500 casos y más de un millar de muertes por coronavirus

  • El sector sanitario reclama ayuda: necesitan el material mínimo indispensable ya

  • Las residencias sufren también un desamparo y en ellas se encuentran los más vulnerables

Más de 276.000 casos, más de 11.300 muertes, más de 185 países infectados. Son las dramáticas cifras que arroja la pandemia del coronavirus, que avanza sin freno también en España, con más de 21,500 contagiados y más de un millar de muertes. El COVID-19 continúa propagándose en nuestro país haciendo gala de su enorme poder de contagio, el cual lleva ya a la completa saturación del sistema sanitario. Los hospitales están colapsados y los profesionales del sector viven sumidos en una realidad asfixiante y agobiante, en la ansiedad y el estrés. Desde múltiples centros, múltiples voces reclaman lo mismo: el material mínimo indispensable para poder avanzar; para poder salvar vidas; para poder luchar contra el virus que está sesgando vidas a una velocidad alarmante.

La emergencia sanitaria sin precedentes que sacude a España obliga ya a los profesionales en la UCI a discriminar entre casos y tener que decidir entre ellos, siempre “desde el máximo criterio ético y clínico”. La situación es muy compleja, y nadie quiere siquiera deslizar la idea de llegar a una situación como la de Italia. Sus cifras asustan a Europa. Con más de 4.000, sus muertos ya han superado a los de China, desde donde hoy siguen llegando las advertencias de que no estamos haciendo las cosas bien; de que debemos mejorar mucho y debemos aplicar medidas de confinamiento más estrictas y restrictivas para doblegar la curva del contagio. Es el consejo de quienes sufrieron el epicentro del brote y de quienes ahora, tras más de dos meses de momentos de auténtico pánico, llevan dos días sin presentar contagios locales. Sus ciudadanos, por fin, poniendo una nota de esperanza ya salen a las calles y empiezan a levantarse las restricciones para permitir, por ejemplo, que acudan a los restaurantes en grupos reducidos de dos o tres personas, como en el caso de las directrices emitidas en Pekín. Es un pequeño atisbo de luz en un presente plagado de sombras que se extienden también de cara al futuro más inmediato en nuestro país y en el resto del mundo. Porque en los próximos días se sigue esperando que los números se eleven.

Quédate en casa

España afronta ya el séptimo día de confinamiento en el marco de un estado de alarma que se dispuso para un plazo de 15 días pero que podría extenderse más allá. Lo dijo José Luis Ábalos poco después de presentarse el Real Decreto. No obstante, nadie quiere aventurarse a ningún tipo de acontecimiento. Se ha de evaluar “minuto a minuto” la evolución del virus, recalcan los expertos, a los que el Gobierno se afana para determinar si las medidas ya aplicadas han de llevarse a un extremo todavía mayor.

Con todo, por activa y por pasiva toda institución, toda autoridad, subraya, recalca, enfatiza y clama lo mismo: somos nosotros, los ciudadanos, los que debemos plantar cara a este virus concediéndole la seriedad y la gravedad que merece. Somos nosotros, todos y cada uno de nosotros, los que debemos en un ejercicio de responsabilidad confinarnos, aislarnos, quedarnos en casa y reducir así el número de contactos y con ello la posibilidad de contagio. Sumar esfuerzos es la clave, reiteran, para frenar la propagación y con ello oxigenar a un sistema sanitario colapsado.

“La norma debe cumplirse”, ha subrayado el ministro de Interior. Hay que limitar la movilidad a casos excepcionales y respetar el estado de emergencia. Resulta inconcebible, en la lucha contra el coronavirus, que en esta semana de confinamiento las autoridades hayan tenido que levantar más de 30.000 denuncias y hayan tenido que efectuarse más de 300 detenciones debido a la “insolidaridad manifiesta” de ciudadanos que parecen ajenos a que nos enfrentamos a una pandemia.

Las residencias también necesitan ayuda

Lo saben bien en las residencias, donde el virus se ha instalado atacando al perfil más vulnerable: los ancianos. Tanto ellos como los trabajadores y las trabajadoras que se dejan todo para cuidarles se encuentran también en una situación de desamparo, sin el material necesario para enfrentar el contagio y sin medios suficientes, sin poder derivar en muchas ocasiones a los enfermos porque los hospitales están ya repletos para luchar contra el coronavirus. También sus familias lo sufren, que permanecen impotentes contemplando la situación sin poder ver a sus seres queridos. Lo mismo sucede incluso a la hora del duelo, llegando a no poder siquiera velar a los muertos.

"Test, test, test"

Entre tanto, desde la OMS el mensaje para el más de un centenar de países afectados el mensaje es simple y conciso: “Test, test, test”. Test y más test. Es lo que demanda el director general de la institución, Tedros Adhanom, quien considera que es fundamental la realización de pruebas de coronavirus a la población para ejercer un control rápido de los contagiados. Es la forma “más efectiva” de salvar vidas y “romper las cadenas de transmisión”: hacer test y aislar, recalcan.

Con todo, insisten, las cifras que rodean al coronavirus siguen siendo las mismas: 80-15-5; esto es, que un 80% desarrolla síntomas leves, un 15% precisa tratamiento, y un 5% responde al “porcentaje que va a tener mayores dificultades y puede terminar desgraciadamente en fallecimiento”, tal como explicó en Informativos Telecinco la directora de Salud Pública de la OMS, María Neira. De estos últimos, ha explicado, el grupo más afectado es el de “más de 65, siendo el peor de todos el de mayores de 75 con patologías previas”. Porque son esos los grupos a los que más castiga el virus: ancianos, personas con enfermedades respiratorias crónicas, enfermos con enfermedades cardiovasculares crónicas y diabéticos. Son los más vulnerables, analizando el patrón que se repite entre las víctimas mortales, pero no son los únicos. La OMS también lo advierte: los jóvenes “no son invencibles”. A ellos se ha referido también Tedros Adhanom: “Este coronavirus podría llevarte al hospital por semanas o incluso mataros”, ha dicho, pidiendo a todos responsabilidad, “solidaridad” y concienciación.

"La principal prioridad es lograr una vacuna"

Ante la circunstancias, Sanidad multiplica los esfuerzos y asegura que pronto habrá más respiradores, indispensables para garantizar la vida de algunos afectados, dado que la principal gravedad del coronavirus está en “la agresión que produce en los pulmones”. Como explicaba en una entrevista concedida a Informativos Telecinco el director médico del Hospital Clínico de Madrid, ello “hace que alguien que aparentemente está poco sintomático, que tiene pocas manifestaciones, que respira con alguna dificultad en poco tiempo, en pocas horas, en pocos días… pase de respirar con dificultad a no poder respirar y a necesitar que una máquina le ayude para poder oxigenar su sangre”.

Mientras, múltiples países y multitud de científicos trabajan en la carrera de conseguir una vacuna que ponga freno a la pandemia que sacude al mundo a un nivel socioeconómico todavía incalculable. “La principal prioridad es lograr una vacuna eficaz”, ha dicho Salvador Illa, ministro de Sanidad. De momento, China probará en humanos a partir de abril, pero el proceso es lento, y entre tanto, somos cada uno de los ciudadanos los que debemos poner nuestra parte para frenar la propagación.