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España se encuentra inmersa en los días más difíciles de la lucha contra el coronavirus, que deja ya más de 40.000 contagiados y más de 2.800 muertos. La cifra de fallecimientos este martes volvía a marcar consecutivamente un triste récord de fallecimientos: 514 en las últimas 24 horas. Números dramáticos que ahondan todavía más en la crisis si reparamos en que, además, tal como confirmaba el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, el número de sanitarios contagiados se eleva más allá de los 5.400. Dicho de otro modo: España registra la cifra más alta de todo el mundo en lo que a contagios de profesionales de la sanidad se refiere, y eso constituye un gravísimo problema que se suma al colapso general del sistema sanitario.
Los profesionales que se encuentran en la primera línea luchando contra el virus y poniendo en riesgo su propia salud para salvar la de todos están siendo víctimas no solo del altísimo poder de contagio del virus sino también de la falta del material mínimo indispensable. Lo repiten por activa y por pasiva, y lo han dicho desde el inicio: se necesitan medios de protección, como los EPIS (equipos de protección individual) o las mascarillas, al igual que faltan respiradores para tratar a los más enfermos.
Como dijo Tedros Adhanom, el director general de la Organización Mundial de la Salud, “los trabajadores sanitarios solo pueden llevar a cabo su trabajo de manera efectiva si lo hacen de manera segura”, y en eso se han de destinar también todos los esfuerzos.
Entre tanto, mientras Sanidad trabaja para “garantizar” que cuenten con “el material necesario”, todas las autoridades competentes, así como los expertos, insisten en destacar la importancia del conjunto de la sociedad en la lucha contra esta pandemia y subrayan que la mejor forma de ayudar a que el sistema sanitario se oxigene es seguir estrictamente las normas decretadas en el marco del estado de alarma. Tenemos que quedarnos en casa. Tenemos que respetar el confinamiento. Tenemos que mantener el distanciamiento social y limitar los desplazamientos salvo causa de fuerza mayor para intentar doblegar, entre todos, la curva del contagio, y con ello oxigenar el sistema sanitario.
Ha sido Fernando Simón quien lo ha enfatizado: “Estamos en las semana más dura”, pero es también una semana clave para ver si las estrictas medidas aplicadas, --a las que el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska se refería como “las más drásticas en el entorno de Europa”--, están dando resultados. La esperanza es que en estos días sumamente complejos para todos se alcance el pico del contagio, pero nadie se atreve con exactitud a determinar cuándo se producirá ante el dinamismo de la situación que presenta el coronavirus.
Mientras, en Madrid, la comunidad más afectada, --seguida de Cataluña, cuya situación se agrava ante el peligroso ritmo de contagios nuevos que está alcanzando, mayor incluso al de la capital--, el hospital de campaña levantado en IFEMA continúa trabajando por fases para poder albergar más pacientes. De momento ya suma a casi 300, pero se están multiplicando los esfuerzos en la logística para implantar circuitos de oxigenoterapia, lo que facilitará que además de camas de hospitalización pueda haber también camas de UCI con respiradores, algo imprescindible ante la saturación de estas en los hospitales, como ha informado en una entrevista para Informativos Telecinco el consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero.
En paralelo, al Palacio de Hielo de Madrid, convertido en una gran morgue ante la saturación de las funerarias municipales, siguen llegando decenas de cadáveres. Sus instalaciones, --que albergaban una pista de patinaje--, por su temperatura, cumplía las mejores condiciones para albergar a los fallecidos.
No obstante, también hay una cifra a la que aferrarse: la de los enfermos que consiguen salir adelante y recibir el alta. En total ya son más de 3.700. “Afortunadamente, cada vez hay más curados respecto al número de fallecidos”, ha indicado Fernando Simón, quien no obstante ha precisado que “la evolución de los hospitalizados y de personas que van a la UCI se produce más tarde que las personas contagiadas”, razón por la cual estos últimos “siguen en aumento, y seguirán así en los próximos días”.
Más allá, fuera de nuestras fronteras Italia espera estar cerca del pico de contagios. Son ya tres los días consecutivos de descenso en el número de contagiados respecto a los del día anterior. No es así con la cifra de fallecidos, que tras también dos días en descenso ha repuntado con 743 fallecidos más en 24 horas. En total, sus cifras registran más de 6.800 muertos y más de 69.000 contagiados.
La enfermedad COVID-19 sigue causando estragos en el mundo. Los países infectados superan los 190, las muertes los 18.000 y el número de casos se va aproximando al medio millón con más de 420.000. Hoy lo positivo está paradójicamente en Wuhan, China, el epicentro en el que se desató el brote convertido en pandemia. Allí, tras dos meses y medio con el más estricto confinamiento, por fin parecen estar cerca de decir adiós paulatinamente a las medidas de restricción. Concretamente, China ha anunciado el fin de la cuarentena a partir del 8 de abril, momento en que se retirará la prohibición de salida de la ciudad, aunque se mantengan ciertas medidas de control para evitar nuevos brotes.