Un epidemiólogo de Harvard asegura que "no hay razones científicas ni de salud pública" para cerrar los colegios

  • Se muestra contrario al confinamiento masivo de la población

  • Defiende la inmunidad de rebaño de los jóvenes como solución ante la crisis

  • Opta por proteger a los ancianos ante la pandemia del coronavirus

Desde que se detectase la pandemia del coronavirus los contagios y las muertes no han dejado de aumentar. El virus se ha propagado de forma mundial y ha azotado a los países de los cinco continentes. Con la llegada de esta nueva enfermedad, los gobiernos han tenido que decretar confinamientos, cuarentenas, el bloqueo de fronteras y diferentes medidas como el cierre del ocio nocturno o de las escuelas y colegios.

Estas dos últimas medidas que se han tomado por parte de algunos gobiernos como el de España, Francia o Italia han sido criticadas por muchos padres y madres, políticos, expertos sanitarios y docentes. El debate sobre si verdaderamente es necesario la reapertura de colegios, escuelas infantiles, universidades e institutos está sobre la mesa. Hay muchos sectores que opinan que es totalmente innecesario que los pequeños vuelvan a las aulas. En cambio, hay otra mitad de la población que sí que consideran una necesidad la vuelta al cole.

Por este motivo, el medio de comunicación 'Infobae' ha realizado una entrevista a Martin Kulldorff. Este epidemiólogo que trabaja en Harvard y que es sueco de nacimiento, aunque actualmente está viviendo en Estados Unidos, ha declarado que la idea de reabrir los centros educativos que han tomado algunos gobiernos y países es totalmente la correcta. Según el experto en enfermedades infecciosas, "no hay razones científicas ni de salud pública para mantener las escuelas cerradas".

Para mostrar su opinión, el científico de Harvard ha puesto de ejemplo cómo gestionó Suecia la crisis del coronavirus en el ámbito educativo. Según él, en el pico de la pandemia no se registró un grave aumento de contagios entre los niños suecos. Sí que reconoce que se tuvieron que realizar algunos ingresos hospitalarios a los menores por contagios de covid-19 pero nunca fueron más severo que los que se producen durante la temporada de gripe. Además, Martin Kulldorff destaca que los contagios que se produjeron entre los profesores no fueron mayores que los comparados con otras profesiones: "Obviamente, un docente puede ir a la escuela y contagiarse de un compañero, como la gente que trabaja en otras profesiones. Pero no hubo un riesgo extra, en comparación".

Por otra parte, en esta charla con el medio de comunicación el epidemiólogo también se ha mostrado reacio a los confinamientos extremos y a las cuarentenas decretadas por algunos gobiernos. Según el experto en enfermedades infecciosas, en estos confinamientos el sector más damnificado es la clase obrera y, en ningún caso, esta medida beneficia a los países que la decreten.

La idea que ha querido ofrecer Martin Kulldorff es la de proteger siempre a la población mayor de 60 años. Para él, ese es el principal problema de esta pandemia. El científico de Harvard ha planteado la idea de en vez de decretar confinamientos masivos y el cierre del ocio nocturno, prohibir la entrada a los mayores de 60 años en ciertos espacios: "Los bares tienen restricciones por las que hay que tener más de 21 años para entrar, así que se podría restringir el ingreso a los mayores de 60 años".

Además, también plantea la idea de realizar test a todos los cuidadores de las residencias, contratar a enfermeros, médicos y asistentes sanitarios que ya hayan creado anticuerpos contra el coronavirus para que se encarguen del cuidado de los más mayores y realizar test a todos aquellos que acudan a visitar a alguien mayor de 60 años en su domicilio o residencia.

Martin Kulldorff se ha posicionado como un firme defensor de la inmunidad de rebaño. Es decir, para él una de las soluciones a esta crisis sanitaria es conseguir que los más jóvenes se inmunicen ya sea a través de una vacuna o través de contagios. El epidemiólogo se muestra firme defensor de esta idea ya que la mortalidad entre los jóvenes es casi nula y, de esta manera, se conseguirá proteger al sector más vulnerable que son los ancianos: "En lo que respecta a los jóvenes, cuando hay una guerra se los envía a ellos, así que esa también es una forma de discriminación etaria. Por supuesto, el riesgo del COVID-19 es mucho más bajo que ir a la guerra".