El frío hace que tengas más gastroenteritis

eltiempohoy.es 08/12/2018 16:29

La diarrea suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente. Hay tres tipo: la acuosa aguda, que dura varias horas o días y en la que se incluye el cólera; disentería, que es también aguda con sangre, y la persistente, que suele prolongarse durante dos semanas o más.

La amenaza más grave de este tipo de dolencias es la deshidratación porque el organismo pierde una alta cantidad de agua y de electrolitos, que si no se restituyen puede resultar letal en los casos más graves. Este tipo de infecciones son especialmente agresivas en niños malnutridos o inmunodeprimidos y se calcula que ocasionan la muerte a más de 525.000 pequeños cada año.

Este tipo de dolencias son más habituales en las épocas de calor como la primavera y el verano, en las que aumenta las hospitalizaciones, pero también están presentes en el otoño y en el invierno. Estas son las conclusiones del estudio de los investigadores Clara Morral-Puigmal, Érica Martínez-Solanas, Cristina M. Villanueva y Xavier Basagaña que ha analizado la relación entre el clima y estas enfermedades.

Esta investigación, que se extendió durante 17 años, es de las pocas que se han llevado a cabo en el mundo en los que se busca una asociación entre la climatología y la aparición de este tipo de dolencias en sociedades desarrolladas. Hasta ahora, el calor y las lluvias torrenciales se había relacionado con este tipo de infecciones. Los especialistas evaluaron la asociación entre las distintas variables meteorológicas y los ingresos hospitalarios por gastroenteritis, que a lo largo de todo ese tiempo superaron los 275.000. "La temperatura juega un papel importante en el aumento de las hospitalizaciones por gastroenteritis", explica la autora Morral. Si la temperatura rondaba los 12º, el número de hospitalizaciones era muy bajo, si baja la temperatura hasta la mitad, se incrementaba un 7% y si el termómetro registraba 26º los ingresos alcanzaban el 21%.

Los encargados del estudio, que subrayan la relevancia de estas conclusiones en un escenario de cambio climático y con fenómenos extremos, consideran que las altas temperaturas favorecen la aparición y crecimiento de bacterias en la comida, mientras que las infecciones de rotavirus estaban asociadas al frío. "La relación posiblemente se explique porque cuando hace frío se pasa más tiempo en el interior de edificios y con menos ventilación, lo que puede aumentar la transmisión de persona a persona", subraya Basagaña en el comunicado de Prensa. Por cierto, ¿qué pasa los días de lluvia? Es el mejor escenario para que las diarreas no sean una constante en los servicios de urgencia y en las consultas de atención primaria.