La duda eterna: cuánto de malo para la flora y la fauna es orinar en el mar

eltiempohoy.es 18/08/2018 08:19

No solo no contamina la flora y la fauna, sino que es beneficioso. La Sociedad Estadounidense de Química así lo atestiguó en un estudio e incluso alabó sus virtudes como fertilizante natural. Otra cosa muy distinta es el efecto de la disolución de las cremas solares que usamos para protegernos de los efectos de los rayos ultravioleta, otros productos químicos que vertimos por los sumideros y el descontrol de las salidas de aguas fecales, que contienen de multitud de elementos altamente contaminantes.

La orina contiene un 95% de agua, un 2% de sales minerales y 3% de urea y ácido úrico, en una proporción de 20 gramos por litro, de tal manera, que este líquido acuoso transparente y amarillento que secretan los riñones no solo no es dañino para el medio ambiente, sino que puede ser altamente beneficioso como fertilizante orgánico, ya que contiene nutrientes útiles para las plantas. Es más, posee muchas menos bacterias que la saliva o las heces. En tiempos de la antigua Roma se utilizaba para blanquear los dientes y hay constancia de escritos religiosos en sánscrito de más de 5.000 años que exaltan sus virtudes.

Amonio, fertilizante

En el año 2014, la Sociedad Americana de Química publicó un vídeo en el que explicaba los motivos por los que desaguar no suponía ningún daño al medio ambiente, sino que además era altamente beneficioso para la fauna marina. La única sustancia tóxica que contiene es la urea, cuya liberación resulta ridícula frente a la enorme proporción de litros de agua que contienen los océanos y los martes. Además, su alta concentración en nitrógeno contribuye a la producción de amonio, que sirve como fertilizante de plantas y flora marina. Además, no somos los únicos que orinamos entre aguas, los biólogos nos recuerdan la gran cantidad de animales que hacen sus necesidades en su medio, como las ballenas, que expulsan una media de 250 litros de orines, una cantidad muchas veces superior a la de un humano.

Evita la contaminación

Hace unos años se llevó a cabo un proyecto en Vermont (Estados Unidos) que promovía la recuperación de este deshecho humano como fertilizante porque además evita la contaminación. Esta iniciativa del instituto Rich Earth consistió en recolectar y reciclar 3.000 galones de orina gracias a donantes locales. Esta acción, que fue destacada en la revista National Geographic, estaba apoyada por la ONG Sustainable Harvest International con el objetivo de apoyar con recursos sostenibles a campesinos de Nicaragua, Belice y Panamá.

La parte negativa, las aguas fecales

Otra cosa muy distinta son las consecuencias de las aguas fecales de las ciudades. Este tipo de desechos contienen residuos líquidos industriales, domésticos y urbanos, además de bacterias, que resultan altamente dañinas para el ecosistema. Más de 1.000 millones de toneladas de aguas residuales son vertidas anualmente al agua subterránea, a ríos, lagos y océanos del mundo, contaminándolos con metales pesados, disolventes, aceites, grasas, detergentes, ácidos, sustancias radioactivas, fertilizantes, pesticidas y otros productos químicos, convirtiéndose en uno de los problemas más urgentes para la humanidad, sobre todo en países altamente industrializados y poblados, como China, donde un altísimo porcentaje de sus ríos están contaminados.

Según datos del 2017 recogidos por la agencia EFE con motivo del Día Mundial del Agua, cerca de un 80 % de las aguas residuales del planeta se vierten al medio ambiente sin haber recibido ningún tratamiento. Los niveles de tratamiento del agua residual alcanzan el 70 % en los países ricos, una proporción que cae hasta el 38 % en los países de renta medio-alta y se reduce al 28 % en los de renta medio-baja. "Debemos disminuir los vertidos e incrementar el tratamiento de las aguas residuales para satisfacer las necesidades ocasionadas por el crecimiento demográfico y la fragilidad de los ecosistemas", señaló el presidente de ONU-Agua, Guy Ryder, que esperaba que antes de 2030 se reduzcan a la mitad las aguas negras.