Un estudio demuestra que restaurantes, gimnasios e iglesias son zonas supercontagiadoras
La ubicación de millones de personas predece lugares de transmisión
Evitar las exposiciones prolongadas en lugares concurridos es clave
Limitar la ocupación máxima genera un menor número de contagios
Detrás de los desacuerdos sobre las medidas de control del coronavirus se esconde un deseo ampliamente compartido de devolver la vida económica y social a niveles sostenibles, preservando al mismo tiempo los sistemas de atención sanitaria.
Un grupo de científicos estadounidenses presentan un estudio en la revista científica 'Nature' que combina modelos sencillos de enfermedades infecciosas con datos sobre la movilidad humana obtenidos de registros de teléfonos móviles. Esto les ha permitido generar y, en cierta medida, probar hipótesis sobre el lugar de transmisión del virus y la eficacia de los distintos tipos de medidas de control.
Los investigadores analizaron los registros de teléfonos móviles de 98 millones de personas en Estados Unidos, que proporcionaban información anónima sobre la localización desde 1 de marzo al 1 de mayo. Los autores examinaron la interacción humana en lugares no residenciales, por ejemplo, tiendas, restaurantes y lugares de culto, y utilizaron esos datos como parámetros para predecir el número de nuevos casos detectados en ciudades cada día.
En principio, los datos de rastreo de contactos ofrecen una forma de identificar los tipos de actividad y el lugar en que se produce o no la transmisión del virus. Las características compartidas de esos resultados podrían utilizarse para determinar qué actividades podrían continuar y cuáles son objetivos clave para el control del virus.
Evitar las exposiciones prolongadas en lugares concurridos, clave contra el virus
La suposición clave hecha por el equipo es que la tasa de probabilidad de infección depende de los lugares que visitan y de cómo eso cambia con el tiempo. En este modelo, los lugares en los que las personas permanecen más tiempo y que están más concurridos conllevan un riesgo mayor que los lugares en los que permanecen menos tiempo y están menos llenos.
Este modelo predice que las infecciones en lugares como restaurantes, gimnasios y establecimientos religiosos desempeñan un papel desproporcionado en el aumento de las tasas de infección, lo que corrobora las conclusiones de los estudios epidemiológicos.
Limitar la ocupación máxima de un lugar genera un menor número de contagios
No obstante, el detalle de los datos sobre movilidad de los lugares analizados permitió a los autores evaluar versiones matizadas de las estrategias de reapertura, más allá de aplicar una reducción general de la actividad en toda una ciudad.
Descubrieron que la limitación de la ocupación máxima de los locales dará lugar a un menor número de nuevas infecciones en comparación con una estrategia de reducción de la actividad general menos focalizada.
Aunque se necesitan más estudios sobre este tema, las conclusiones extraídas podrían desempeñar un valioso papel para orientar las decisiones sobre la manera de reabrir la sociedad en condiciones de seguridad y reducir al mínimo los daños causados por las restricciones de movimiento.