Rosácea de primavera: cómo saber cuándo te tienes que preocupar por las rojeces de la piel

eltiempohoy.es 19/05/2019 10:55

La primavera es una estación especialmente complicada para quienes sufren esta afección de la piel, tanto por la subida de temperatura, como porque ciertas alergias pueden agravar el problema. Es fundamental saber identificarla para poder tratarla adecuadamente.

Síntomas de la rosácea

Inicialmente la rosácea provoca el enrojecimiento de la zona central de la cara, además pueden aparecer lesiones similares a las del acné, capilares dilatados, tirantez, ardor, picor y sensibilidad de la piel. Estos primeros síntomas se pueden confundir con una alergia o con un brote de acné, pero ante un enrojecimiento persistente del rostro es fundamental consultar con especialistas.

Es muy importante que se realice un diagnóstico y que se trate adecuadamente, ya que experimenta una notable mejoría con ciertos medicamentos y tratamientos. Además, es necesario que se marquen unas pautas adecuadas para evitar que evolucione ya que en una fase más avanzada puede producirse un engrosamiento de la piel de la frente, las mejillas y la nariz, aparición de pústulas e incluso hipertrofia nasal que puede terminar deformando la nariz.

Por qué empeora en primavera

Aunque no están claramente determinadas sus causas, se sabe que el viento, los cambios de temperatura y tanto el frío como el calor y la exposición al sol empeoran notablemente sus síntomas, por eso durante todo año es importante usar cremas con factor de protección solar (en esta época con SPF 50) e incluso utilizar sombreros que protejan la cara de los rayos ultravioleta.

Pautas que ayudan a controlarla

Además de la protección solar, es fundamental mantener la piel hidratada con cremas específicas para pieles con rosácea y adoptar unos hábitos alimenticios adecuados que excluyan la comida picante y los excitantes (café y alcohol) e incorpore alimentos ricos en vitamina C y D. Otro factor que ayuda a controlar la rosácea es la limpieza, pero teniendo en cuenta que se trata de una piel muy sensible se deben utilizar siempre limpiadores suaves y evitar el agua muy fría o caliente, los exfoliantes mecánicos y los peelings químicos.