Bultos de grasa: ¿Tienen peligro o no debemos preocuparnos?

  • Los bultos de grasa son tumores benignos y, de hecho, son bastante frecuentes: aprende a identificarlos y cuándo deben extirparse

Los bultos de grasa son bastante frecuentes y, en la mayoría de los casos, no deben considerarse motivo de alarma. Muchas personas se preguntan cómo quitar los bultos de grasa, o cuándo hay peligro en un bulto de grasa. También conocidos como quistes, se trata de tumores adiposos o lipomas que normalmente no son más que un crecimiento de masa grasa bajo la piel: se trata de los tumores del tejido blando más comunes del sistema músculo-esquelético, y su incidencia aumenta con la edad, especialmente entre los 40 y los 60 años. Además, las mujeres son más propensas a su aparición.

Bultos de grasa: ¿Son peligrosos?

Encontrar un bulto de grasa puede llevarnos a experimentar cierta alarma, sobre todo cuando no conocemos la naturaleza de esta protuberancia y pensamos que puede tratarse de algo más grave. Por eso, lo primero es identificar la naturaleza del tumor. Si efectivamente se trata de un bulto de grasa, puedes estar tranquilo: se trata de tumoraciones benignas y, por tanto, no cancerosas. Es extremadamente raro que un lipoma se transforme en un tumor maligno.

Lo más habitual es que los bultos de grasa no presenten síntomas, ni duelan ni molesten a quien los presenta. Al tacto suelen ser blandos, y se localizan bajo la piel. También pueden moverse con relativa facilidad, y suelen crecer de forma muy lenta, algo que no ocurre en los tumores malignos, que suelen crecer con rapidez. Es posible que tengas alguno y ni siquiera te hayas dado cuenta, ya que suelen ser muy pequeños. Muchas veces aparecen en la espalda, aunque también en las extremidades (especialmente en los brazos), en cuello o la parte trasera de la cabeza. En algunos casos su tamaño puede llegar a los 6 centímetros, aunque lo normal es que ronden uno o dos centímetros. En cualquier caso, sus dimensiones no tienen nada que ver con su posible malignidad.

Aunque este tipo de bultos de grasa (los lipomas comunes) son, como su nombre indica, los más frecuentes, existen otros bultos más profundos, situados bajo del tejido que envuelve el músculo, llamado fascia. También en este caso, hablamos de tumores benignos. Este tipo concreto es, además, más frecuente en hombres que en mujeres. Suelen ser también más duros que los anteriores y generar por tanto más dudas a la hora de diagnosticar. También existe la lipomatosis: quienes padecen esta enfermedad hereditaria presentan múltiples quistes de grasa que pueden ser más molestos. Se pueden eliminar, pero normalmente vuelven a aparecer.

En cuanto a las causas de los bultos de grasa, lo cierto es que se desconocen, aunque podrían relacionarse con la genética, así como con la obesidad, o incluso pueden ser el resultado de algún golpe en la zona. El consumo de alcohol también podría generar este tipo de tumores, así como las enfermedades hepáticas.

En cualquier caso, ante la duda siempre es mejor visitar a un profesional para descartar que se trate de un tumor maligno. Tu médico analizará el bulto a través del tacto y lo habitual es que solo se realice una biopsia en caso de duda. Normalmente no se recomienda eliminarlos, salvo cuando intercedan, por su localización, en la movilidad de la persona, o por motivos estéticos. Basta con anestesia local y se trata de una intervención muy sencilla, ambulatoria, que puede dejar cicatriz. La liposucción también puede servir en el caso de tumores pequeños.