A veces no queda más remedio que tender la ropa dentro de casa, pero está claro que no nos hace bien. Eso es lo que se ha desprendido de un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Arquitectura Ambiental Mackintosh de Glasgow (Escocia), que querían saber hasta qué punto tender dentro de casa en invierno era nocivo para la salud.
Los resultados son claros: este hábito podría provocarnos asma, rinitis, infecciones respiratorias y otras alergias, debido a los altos niveles de humedad que se generan al colgar nuestra ropa húmeda en el interior de los hogares.
Los investigadores concluyeron que en el 87% de las viviendas analizadas la ropa era tendida en el interior durante los meses más fríos, es decir, durante el invierno. Encontraron que estos hongos, moho y ácaros no solo se encontrarían pululando sobre la superficie de los muebles, sino también la ropa.
Como extra, se toparon con un tipo de espora presente en el 25% de las casas de las que tomaron muestras. Este ‘bichito’ es el origen de infecciones pulmonares en pacientes con un sistema inmunológico débil. Además, la Sociedad de Asma de Irlanda advirtió que respirar dichas esporas puede desencadenar un ataque de asma o empeorarlo en aquellas personas que sean sensibles.
Frente a este problema, la mala noticia es que si vives en un bajo, en un piso sin terraza o sin cuerdas en la ventana parece imposible buscar una alternativa a tender en la casa. Si acaso, lo que proponen los investigadores si no queda más remedio es comprar una secadora, o deshumidificadores. Y ya puestos a pedir, que de ahora en adelante todas las viviendas nuevas se construyan con lugares habilitados para poder secar la ropa al aire libre.