Son muchos los españoles que durante esta época del año disfrutan de sus días de vacaciones. Algunos eligen quedarse en España, mientras que otros se marchan a descubrir nuevos sitios en el extranjero. En muchos casos, son muchas las horas de viaje hasta llegar al destino. Y eso no te lo quita nadie.
Lo que sí puedes evitar son los efectos que ese tiempo tiene sobre tu organismo. Este cambio horario hace que muchos cuando llegan a su destino se sientan algo confusos. Si la zona elegida está en la otra punta del mundo, hay una diferencia de 12 horas, por lo que mientras unos acaban su día otros lo empiezan.
Este cambio brusco provoca lo que se conoce comúnmente como 'jet lag', que en castellano es conocido como 'trastorno de desfase horario', y afecta al 'reloj interno' o ritmo circadiano de las personas han realizado este cambio de hora brusco. Es más notable cuanto más al este se viaje, y sobre todo si se hace a últimas horas del día o durante la madrugada.
¿Reloj interno?
Todos seguimos un 'reloj interno’ que rige las horas que pasamos despiertos y las que pasamos dormidos. Está sincronizado con la zona horaria en la que vivimos. Los viajeros que cambian de manera brusca, cuanta más horas de cambio más posibilidad de sufrir ‘jet lag’, tienen que sincronizarlo de nuevo con esa zona a la que han viajado. Según la persona, puede afectarle el cambio o no, e interiorizarlo puede llevarle un día o una semana.
Este trastorno se manifiesta a través de diferentes síntomas
Como se ha explicado antes, no afecta a todas las personas del mismo modo, y la intensidad en la que se sufre tampoco es igual.
¿Qué te provoca el jet lag?
Para adaptarnos a este cambio y minimizar el impacto tanto en nuestros hábitos cotidianos, como nuestro estado de ánimo o sueño, se pueden seguir una serie de claves.
Consejos para minimizar sus efectos:
Si antes de viajar se cumple con las horas de sueño recomendadas, 8 horas para los adultos, es posible que el ‘jet lag’ afecte en menor medida.
Dependiendo de si el viaje es al este o al oeste se recomienda unos días antes acostarse antes o después cada noche durante unos días.
Los expertos aconsejan cenar dos o tres horas antes de ir a la cama, lo que ayuda a la conciliación del sueño.
Mejora los ritmos del cerebro y ayuda en algunas patologías como los trastornos del sueño
Estos objetos tienen demasiada luz y alteran las pautas del sueño.
Si se viaja en avión podemos deshidratarnos por lo que nuestra concentración es peor, y la sensación de cansancio aumenta.
La cafeína y el alcohol deshidratan y dificultan coger el sueño a partir de las 18:00 de la tarde.
Despendiendo del destino, si es de día es mejor mantenerse despierto, si es de noche allí es mejor dormir en el avión.