'Heartstopper', la serie de amor de dos adolescentes gays, llega a las aulas: "Necesitan historias así"

  • El profesor de Lengua y Literatura Cristian Olivé ha puesto la serie a sus alumnos de un instituto de Barcelona: “Nada más verla, me di cuenta de que era un material que se podía llevar a clase"

  • La entrega puede servir de referente a muchos adolescentes homosexuales que están descubriendo ahora su sexualidad

  • La serie de Netflix también se han convertido en un éxito entre el público adulto, que ven con emoción y nostalgia el primer amor adolescente que ellos no pudieron vivir

Cuando hace unas semanas Cristian Olivé, profesor de Lengua y Literatura en un instituto de Barcelona, descubrió la serie ‘Heartstopper’, tuvo claro que sus alumnos tenían que verla. La serie que emite Netflix arrasa ahora mismo entre el público adolescente y juvenil, pero también adulto. Basada en las novelas gráficas homónimas de Alice Oseman, cuenta la historia de dos chicos adolescentes, Charlie y Nick, compañeros de pupitre, que simplemente se enamoran.

 “Nada más verla, me di cuenta de que era un material que se podía llevar a clase y que los adolescentes y los adultos deberían ver como un buen modelo a seguir de cómo construir relaciones de amistad y más que de amistad de forma saludable”, señala este profesor. “La serie, que refleja cómo han cambiado los tiempos pero también cómo todavía deberían cambiar más, no deja de ser un primer paso para la esperanza”, asegura Olivé, autor de ‘Profes rebeldes’ y de 'Una educación rebelde' (Grijalbo).

Muchos gays adultos reconocen que les hubiera gustado vivir una adolescencia como la de Nick y Charlie. Pero la sociedad les robó esos años. No disfrutaron  del primer amor ni del primer beso de forma natural. En su momento se sintieron culpables, señalados e incluso rechazados. “Para mí ver ‘Heartstopper’ ha sido un terremoto de emociones. Me alegra muchísimo que los adolescentes gays por fin tengan referentes. Cuando yo era un chaval, no conocía a ni un solo homosexual y pensaba que lo que me pasaba a mí era algo único. Ver cómo ahora sí los tienen, sobre todo, en una serie de éxito de una plataforma como Netflix, es una gran alegría”, asegura Álvaro, 45 años.

Aitor, de 48 años, insiste en la idea. “La serie me ha tenido con una sonrisa permanente de principio a fin. Sobre todo, por la ternura que me despiertan los inicios de esta relación de pareja. Sencilla y común pero pocas veces vista en la ficción”, asegura. “En los años 80 era impensable algo así en un instituto. No había ningún tipo de referente y, evidentemente, primaba el silencio. Por eso tus sentimientos permanecían encapsulados, entendiendo que eso que te pasaba a ti era exclusivo y te convertía en un bicho raro. Exponer mi verdadero yo no estaba entre mis opciones”, señala.

La serie recoge la incomprensión y la intolerancia hacia los homosexuales de cierta parte de los alumnos, pero también normaliza de forma sana y natural a los distintos personajes -profesores, compañeros de clase, familiares- de diversa condición sexual. “Al final ser homosexual, lesbiana o transexual es una parte de ti, pero hay muchísimo más. Y la historia no se queda solo en eso, sino que intenta explorar los personajes mucho más allá”, asegura Olivé.

Miedo al entorno

Charlie, uno de los protagonistas de la serie, sabe que es gay desde hace tiempo. Lo lleva con naturalidad y, aunque sus amigos y su familia le aceptan como es, reconoce que está “acostumbrado” a que algunos compañeros se metan con él por su condición sexual.

 Nick es diferente. Está descubriendo ahora quién es. Es la primera vez que se enamora de un chico y está confundido. Le da miedo enfrentarse a su entorno después de haber sido uno de los alumnos más populares de su instituto. Y busca en Internet información que le ayude a definirse.

 “Lo maravilloso es cómo esta serie de amor adolescente explora también la bisexualidad, un tema muy poco tratado. Y cómo alguien no  tiene que responder a una etiqueta u a otra”, cuenta Olivé. “Los adolescentes LGTBI también necesitan una historia como la que han visto en películas, en otras series o en novelas, donde el amor es más fácil, y solo hay que disfrutar de ese cosquilleo sin tener que cuestionarse que lo que están haciendo está bien o mal”, añade. “Aunque estemos en una sociedad donde se ha avanzado un poquito, todavía es complicado salir del armario y mucho más si se es adolescente. Por eso es tan importante la visibilidad, que tengan modelos en su entorno, que no se escondan… porque ese el gran mensaje de la serie: no hay que salir del armario, sino dejar de esconderse”, explica el profesor.

 “Series como esta, en la que se reflejan varios tipos de amor LGTBI+, nos acercan al objetivo. Algún día nadie tendrá que salir del armario sino gestionar las inseguridades, emociones y felicidad que produce el inicio de toda relación de pareja, independientemente de la orientación”, cuenta Aitor.

Para muchos adolescentes LGTBI esta serie puede ser vital en un momento tan complicado en el que están descubriendo quienes son a la vez que están viviendo su primer amor. “Quizás haya ahora más tolerancia pero también hay más actitudes LGTBI fóbicas que responden a los avances en derechos para este colectivo, porque están más enfadados”, asegura Olivé. “Por eso hay que seguir luchando y reivindicando esos derechos, llevarlos a las aulas, para que la gente entienda y cobre sentido. El otro día, hablando con un alumno, me decía que no entendía que pudiera haber personas gays. Y yo le pregunté: ‘Si tuviera tu edad, ¿me atacarías o me defenderías? Y me contestó: ‘A ti te defendería porque te conozco’ y eso es, quizás, lo que se necesita, conocer para entender”.

 Y Álvaro añade: “Ese despertar a la vida y a la propia sexualidad es lo que nos mutilaron. No pudimos vivirlo con naturalidad. Es más, lo hicimos con miedo, ocultación y culpa… Y eso siempre pasa factura. La suerte es que nuestros hijos, que yo tengo dos, junto a mi marido, sean lo que sean, sí podrán vivirlo de forma natural. Eso me reconforta con la vida. Y también la historia de Nick y Charlie. La suya ya es un poco nuestra, la de todos los que no pudimos vivirla en su momento”.