Durante la sentencia, Van Dyke se mostró inexpresivo, desarreglado y con un uniforme de color amarillo propio de la cárcel. El exagente declaró con miedo en su voz que la jornada del tiroteo fue “el peor día de mi vida”. “Lo último que quería hacer era disparar a Laquan McDonald”, ha señalado.
Un vídeo mostrado por Funcionarios de Chicago que refleja la muerte a tiros de McDonald, ha sido una pieza fundamental en el caso. Además, los medios de comunicación disponían de una versión reducida del mismo que ha sido difundida a través de sus canales de información.
Aunque la sentencia sea de casi 7 años, esta podría haber sido de 20 por ser un crimen de segundo grado, y hasta de 30 por los 16 cargos, uno por cada disparo que recibió McDonald, de 17 años.