Según el testimonio de los vecinos del pueblo, el pasado jueves se escucharon gritos en el domicilio del párroco.
En ese momento, se dio aviso a la Policía para que acudiera al lugar de los hechos para presenciar lo que estaba ocurriendo.
Cuando los agentes se personaron en el piso, el cura, de 41 años y origen africano, se negó a abrir la puerta. Tras forcejear la puerta, la Policía logró entrar en el domicilio. "Cuando entramos vimos a la mujer tirada en el suelo y al párroco a su lado", ha relatado uno de los agentes.
En la actualidad, el cura se encuentra en libertad con cargos, aunque en los próximos días tendrá que declarar ante el juez instructor del caso.
El arzobispado ya ha anunciado que ha suspendido de forma cautelar al párroco. EPF