La capacidad de una persona para mantenerse con vida sin comer varía en función de sus reservas de grasa y glucógeno y de su actividad física. Las personas delgadas tienen menos aguante que las obesas. A corto plazo, uno o dos días, el organismo utiliza las reservas de glucógeno que están en la musculatura y a largo plazo la reserva de grasa, nos explica el doctor internista del hospital Clínico San Carlo, Javier Marco.
La actividad física también es importante. Es fundamental para alguien en huelga de hambre guardar reposo. Con esto, unido a la reserva energética, al agua y las sales minerales que son recomendables tomar, una persona puede sobrevivir dos meses sin comer, ha explicado el doctor.
Si se lleva una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias, llega un momento en el que el corazón y el cerebro se paran. Se produce un fracaso hepático y la muerte cerebral por falta de energía. "Cualquier organismo tiene un gasto de energía basal, sin moverse", explica el médico. "El motor al ralentí gasta gasolina, si ni siquiera recibes esa gasolina, el coche se para".
La recuperación, sobre todo si se pierde mucho peso, es larga. Después de 50 ó 60 días sin alimentación, una persona puede necesitar 100 días para reestablecerse. Al principio hay que tomar alimentos muy procesados porque el intestino y sus vellosidades, responsables de la absorción de los alimentos, están atrofiados.
En el caso de Haidar, que ha decidido ingresar en un hospital debido a su deteriorado estado, hay que puntualizar que los médicos que la atienden no pueden obligarla a alimentarse, de acuerdo con la Ley de Autonomía del paciente. Solo si un enfermo queda inconsciente pueden intervenir los jueces, nos explica Javier Marco.
Los médicos que atienden a Aminatu, hoy por hoy, solo pueden darle los complejos vitamínicos y minerales adecuados. La opción de interrumpir la huelga con una sonda nasogástrica sólo sería posible con la autorización de la activista.
EBP