El premio, dotado con 38.000 euros, una medalla y un diploma, lo conceden las dos comunidades autónomas en reconocimiento a la labor de personas e instituciones que trabajan por la igualdad, la libertad y el respeto a los derechos humanos, y en su primera edición del año pasado se le concedió a la activista saharaui Aminatu Haidar.
Asturias y Baleares instauraron este galardón como un elemento que "contribuye a reforzar los vínculos" entre estas dos comunidades autónomas, que tienen un pasado común en la persona de Jovellanos, asturiano de nacimiento, que fue desterrado y encarcelado en Palma de Mallorca.
El presidente de Amnistía Internacional España, Alfonso López, ha recibido hoy el premio en un acto al que han asistido representantes de los dos gobiernos regionales, autoridades municipales y miembros del jurado, que estuvo integrado por Gregorio Peces Barba, Isabel Allende Bussi, Carlos Castresana, Victoria Camps, Pedro de Silva y Basilio Baltasar.
Areces y Antich han coincidido en destacar que "como Jovellanos, muchas personas siguen siendo víctimas de una prisión injusta y de la privación del derecho a demostrar su inocencia".
En esta segunda edición, el Premio Jovellanos "reconoce un compromiso colectivo de lucha por la protección y promoción de los derechos humanos", ha afirmado Álvarez Areces.
Ambos presidentes autonómicos han felicitado al jurado por haber tomado la decisión de conceder el premio a Amnistía Internacional, por la "eficaz ayuda que desde su fundación esta organización no gubernamental ha prestado a los prisioneros de conciencia".
"Nos honra que el premio Jovellanos se sume en tantos lugares al prestigio de una organización que trabaja por la libertad de los presos de conciencia, denuncia el abuso y las situaciones de intolerancia que sufren las personas refugiadas o los emigrantes", ha afirmado el presidente asturiano.