Chupa Chups con cocaína, lo último para pasar droga en Barajas

telecinco.es 01/09/2009 08:11

El responsable de aduanas del aeropuerto de Barajas, Luis Alonso, y su equipo han de luchar cada día contra las mil y una artimañas que inventan los traficantes para introducir cocaína en el país.

Lo último han sido los famosos caramelos Chupa Chups impregnados en cocaína. También han localizado recientemente pañalaes llenos de la misma droga en una maleta y coches de bebé con cocaína debajo del asiento.

En una información publicada en el diario The Times, Alonso asegura que "cuando creemos que hemos visto de todo, entonces prueban algo nuevo". "Una vez hicieron una escayola con cocaína en polvo y la llevaba un hombre que realmente tenía la pierna rota. He visto bobinas de hilo para tejer, pinturas, frutas y muchos otros objetos llenos de cocaína", explica Alonso. "Lo último que nos ha ocurrido es descubrir trozos de cocaína con forma de frijoles, no lo detectamos hasta que se aplastó uno y se llevó a cabo una prueba de drogas", cuenta en el diario.

Cada vez más ingeniosos

En la lucha de la policía contra el tráfico de drogas, los traficantes se ven obligados a idear cada vez formas más ingeniosas de introducir las sustancias en los distintos mercados europeos.

Según la información del diario The Times, en una ocasión llegó un perro al aeropuerto de Barajas excesivamente nervioso, a pesar de que no había pasado mucho tiempo en la bodega. Los funcionarios de aduanas le examinaron y descubrieron que le habían realizado una cirugía para ocultar en su estómago varios cilindros de cocaína.

'Vuelos calientes'

Alrededor de 650 vuelos operan en Barajas cada día. Miles de pasajeros llegan al aeropuerto de Madrid, muchos de ellos en los 45 vuelos considerados como "vuelos calientes", que vienen de destinos como Bogotá, Caracas, Buenos Aires o Santo Domingo.

Luis Alonso, su equipo y la Guardia Civil, son los encargados de evitar que la cocaína llegue a las calles, donde se vende a unos 60 euros el gramo. Según 'The Times', las 'mulas' pueden llegar a recibir entre 4.000 y 8.000 euros por transportar la droga. El método más tradicional es envolver la droga en un preservativo y tragarlo, algo muy peligroso porque si se rompe, la cocaína pura puede matar en segundos. "No les importa, algunos parecen tranquilos cuando les arrestamos, otros se ponen nerviosos y pueden ser desde hombres de 80 años a niños", explica Alonso. BQM