Según han informado fuentes judiciales, durante el juicio por estos hechos el acusado se conformó con la pena que solicitó el fiscal, quien le imputó un delito de intromisión en la intimidad y otro de falsedad en documento mercantil.
Los hechos se remontan al año 2005, cuando el acusado entabló relación con su víctima por medio de unas páginas de contactos personales en Internet.
En mayo de ese año, el procesado entró fraudulentamente en la cuenta de correo electrónico gratuito del perjudicado y envío desde ella distintos mensajes a los contactos que éste tenía en su agenda virtual.
Además, para que el agraviado supiera que estaba difundiendo de esta manera datos personales sobre él le mandó un e-mail soez, relativo a sus tendencias homosexuales, en el que también le amenazaba con desvelarlas a su compañera sentimental.
Durante los accesos "ilegítimos" a las cuentas de correo electrónico de la víctima, el imputado modificó las claves de acceso, impidiendo que el perjudicado pudiera acceder a ellas.
Un trato degradante
El acusado ha sido condenado a dos años y medio de cárcel y a pagar una multa de 3.240 euros por un delito de intromisión en la intimidad en concurso con trato degradante.
El imputado deberá cumplir asimismo un año y nueve meses de prisión y abonar otra multa de 2.160 euros más por un delito de falsedad en documento mercantil.
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