Cuervos y zorros delatarán a los envenenadores

AGENCIA EFE 26/08/2010 09:54

Se trata de una iniciativa internacional contra el uso ilegal de cebos en España, Grecia y Portugal, que cofinanciará la Comisión Europea y liderará la Fundación española Gypaetus, pionera en la lucha contra esta práctica en Andalucía.

Los datos de muertes por veneno sólo reflejan "la punta del iceberg", explica en una entrevista con Efe el coordinador de proyectos de la fundación, José Eugenio Gutiérrez, que califica su uso de "alarmante" en Gran Bretaña, Irlanda, Alemania o Italia.

Entre las acciones innovadores del proyecto figura el marcaje de 320 ejemplares de especies muy sensibles a las sustancias tóxicas -fundamentalmente cuervos, zorros y buitres leonados- en zonas naturales de Andalucía, Portugal, Grecia continental y Creta.

El seguimiento de estos animales ofrecerá información sobre "la probabilidad de morir envenenadas" y otro tipo de pistas, añade Gutiérrez.

Además, explica, se constituirán equipos de perros adiestrados para localizar los cebos ilegales, cuya colocación puede suponer hasta dos años de prisión.

En España, las especies más afectadas por el veneno en número son los perros domésticos (con o sin dueño), pero las más afectadas en cuanto a su supervivencia son las rapaces y carnívoros de costumbres carroñeras, ya que son muy sensibles al veneno y muchas se encuentran con pocos ejemplares y poblaciones aisladas desde hace muchos años.

Cabe resaltar, subraya Gutiérrez, que el uso ilegal de cebos envenenados es la principal causa de muerte no natural para especies amenazadas en Europa como el buitre negro, alimoche y águila imperial, y ha supuesto la extinción del quebrantahuesos y el oso en muchas zonas de España y Europa.

Otra acción prevista en este proyecto LIFE, de cinco años de duración, es la creación de "redes de gestión de amenazas", basado en la filosofía del anterior proyecto de la fundación para reintroducir el quebrantahuesos en Andalucía: "El apoyo de todos los interlocutores rurales".

"De forma histórica, a los ganadores, pastores, agricultores y cazadores se les ha visto como espectadores en los programas de conservación y no les llegaba el mensaje conservacionista. Nosotros les damos protagonismo y herramientas para que sean parte activa".

"Es esencial ir a la raíz del problema y preguntarse por qué se pone veneno. Vimos que muchas veces es por inercia cultural: Los envenenadores siguen la costumbre de sus padres y abuelos. También hay detrás una pérdida de rentabilidad" (cuando una ave rapaz mata un cordero).

El problema es similar o mayor en toda Europa, lo que diferencia a España, y en concreto a Andalucía, es que aquí "hemos cogido al toro por los cuernos y aparecen más casos porque cuanto más buscas más encuentras".

Dentro de nuestro país, hay comunidades autónomas en las que este delito se persigue muy activamente, mientras que en otras los casos prácticamente ni se registran ni se publican.

Según un informe de WWF, unos 7.200 animales murieron por veneno entre 1990 y 2003, y la Junta de Andalucía cifró en 1.200 las muertes habidas en su territorio en el periodo 2001 y 2008, siendo aproximadamente la mitad de estas especies protegidas (entre ellas las rapaces).

El mencionado proyecto LIFE, con un presupuesto global de 5,6 millones de euros, es financiado por la Comisión Europea, la Junta de Andalucía, el Ministerio de Medio Ambiente de Grecia y la Cámara Municipal de Idanha A Nova (Portugal).