Denuncian que un estudio epidemiológico "oculta la incidencia real" de nucleares

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 20/07/2010 17:37

El estudio concluía que las centrales nucleares españolas no suponen un riesgo para la salud de los ciudadanos, a partir del análisis de mil municipios y más de ocho millones de personas, que no detectaron "un incremento de la mortalidad por cáncer asociada al funcionamiento de las instalaciones".

La CANC discrepa de estos resultados y cita como argumentos las observaciones realizadas por el epidemiólogo Eduard Rodríguez Farré, miembro del Comité Científico de la Unión Europea sobre nuevos riesgos para la salud y profesor del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC.

Según la coordinadora antinuclear, aunque el estudio es "correcto a nivel de procedimiento, adolece de múltiples defectos", como la identificación del área de estudio en un círculo de 30 kilómetros de radio alrededor de las instalaciones nucleares, cuando otros análisis plantean círculos concéntricos de 10, 20 y 30 kilómetros de radio.

En éstos, "se demuestra que el primer círculo de 10 kilómetros" tiene "una incidencia en todo tipo de tumores un 46% superior al área de control, incidencia que se va reduciendo hasta llegar a los 30 kilómetros", añade la CANC.

"El área rebuscada por el Instituto Carlos III y el CSN, triplicada respecto a otros estudios, evidentemente diluye el posible efecto en las poblaciones más próximas, al poner en un mismo saco a Ascó, Vinebre o la Torre de l'Espanyol (Tarragona), más próximas a las centrales nucleares, con las poblaciones de Mont-roig del Camp, Riudecols o Montbrió, más alejadas", aseguran estas fuentes.

Según la coordinadora, tampoco la metodología empleada es "la más adecuada", pues todo el estudio se basa en una estadística de certificados de defunción, cuando "lo más adecuado sería un estudio de los casos de incidencia".

En opinión de Rodríguez Farré, "el hecho de que la supervivencia a cánceres y a linfomas sea infinitamente superior hoy en día que en los años setenta, hace que esta metodología de estudio de los certificados de defunción no sea adecuada y que lleve a conclusiones equivocadas y tendentes a considerar como inocuas las instalaciones nucleares".

Por último, el estudio se realiza en base a "dosis estimadas" obtenidas de la Red de Vigilancia Radiológica, una red que, por ejemplo, "no fue capaz de detectar una importante fuga de partículas radiactivas de la central nuclear de Ascó I entre noviembre de 2007 y marzo de 2008", concluye la CANC.