Según ha informado hoy el instituto armado, fue la propia empresa la que descubrió y denunció el robo, ya que en sus balances internos detectó un desfase de casi un millón de euros entre el material que entraba y el producto final.
Los agentes iniciaron entonces un dispositivo de vigilancia y control, que les llevó a identificar y detener a los 14 integrantes de la red, de los que tres eran empleados de la empresa denunciante.
Al parecer, estos tres trabajadores, que se encargaban del control del acero, simulaban defectos en el material para registrarlo como chatarra, para así poder venderlo a otras empresas con facturas falsas.
También asignaban al material de primera categoría la clasificación de segunda, por lo que cobraban importantes comisiones.
Los agentes comprobaron que, en total, el valor del acero sustraído superaba los cinco millones de euros.
Los acusados, que fueron arrestados en Barcelona y Lleida, están acusados de los delitos de robo, falsedad documental y asociación ilícita.