Fuentes policiales han señalado que la mayoría de los robos se localizaron en zonas de reunión de un grupo juvenil conocido como Nuevos Grupos de Jóvenes Organizados y Violentos (NGJOV), cerca del barrio del Turó de la Peira, lo que generó un clima de alarma social en el barrio y en la comunidad educativa.
Las mismas fuentes ha destacado de los jóvenes actuaban en grupos de dos o tres y que a las víctimas les amenazaban con clavarles una navaja si no les entregaban sus pertenencias.
Los once detenidos han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores, pero los Mossos han imputado a otro joven por una falta de amenazas, un hecho en el que podrían haber participado otros dos menores de 14 años.
La investigación se enmarca dentro del Plan de Acción de Seguridad en los Centros Educativos (PASCE), que pretende hacer aflorar posibles víctimas de este tipo de delitos, que en muchos casos no se denuncian por miedo a las represalias, así como dar mayor visibilidad a los agentes policiales en los alrededores de los centros escolares.