La música se cuela en cada una de las habitaciones de la casa de Raquel García, mezclada con los estruendos de las mesas, de las copas rotas y del gentío. Vive sobre el pub 'El Carmen', un local valenciano que supera los 90 decibelios de ruido, lo que le obliga a pasar en vela casi todas las noches. Desde hace doce años, Raquel se veo obligada a irse al salón, poner la televisión y, como ella dice, atiborrarse a pastillas.
Cada noche se toma once pastillas, somníferos que acumula a centenares.
Sólo en el último año ha puesto sententa denuncias contra el pub. El local ha sido objeto de varias inspecciones, y resultado de ellas comprobaron que el bar llegaba a los 94 decibelios de ruido, como una mascletà.
"El ruido que hacen está fuera de lo permitido, está fuera de horario, entonces, qué queda", se queja Raquel. De momento, le queda esperar a que el bar eche el cierre, y después, si los clientes no tardan mucho en abandonar su calle, podrá dormir. IM