EE.UU. arresta a presuntos espías que pasaron secretos a Cuba durante 30 años

AGENCIA EFE 06/06/2009 00:00

Los dos fueron arrestados ayer tras una investigación de tres años para encontrar al topo cubano que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) creía que hurgaba en los secretos del Departamento de Estado.

Las pruebas apuntaron a Walter Myers, de 72 años, quien fue profesor en el Instituto de Servicio Diplomático del Departamento de Estado y posteriormente analista de información de inteligencia sobre Europa, un puesto durante el cual tuvo acceso a las bases de datos secretos de EE.UU.

Le ayudaba su esposa, Gwendolyn Steinbrager Myers, de 71 años, que trabajaba en un banco y cuya predilección era pasarle documentos a los cubanos intercambiando carritos de la compra en el supermercado, según la Fiscalía, que hoy presentó cargos formales contra la pareja.

Las detenciones llegan en el momento más prometedor para la mejora de relaciones entre los dos países en décadas y han dado argumentos nuevos a los que no quieren un acercamiento hasta que Cuba no sea una democracia.

Los arrestos "son una razón suficiente para que la Administración suspenda cualquier aproximación diplomática adicional al régimen, incluyendo el aplazamiento de las conversaciones sobre migración", dijo en un comunicado el senador republicano Mel Martínez, uno de los representantes del ala dura del exilio cubano.

Actualmente hay cinco agentes cubanos en las cárceles estadounidenses, condenados por espionaje en 2001, y su liberación es una de la larga lista de reclamaciones que hace constantemente el Gobierno de La Habana a Washington.

El affidávit de acusación contra los Myers incluye detalles del programa de espionaje cubano que previsiblemente levantarán nuevas ampollas.

La detención llega tarde, pues Walter Myers, de 72 años, se jubiló en octubre de 2007, aunque no se retiró del negocio del espionaje, según el FBI.

La policía federal le tendió una añagaza en abril, cuando un agente se hizo pasar por un miembro del servicio de inteligencia de Cuba con deseo de conocer los secretos de Estados Unidos.

Myers y su mujer presuntamente accedieron a darle información sobre la Cumbre de las Américas, que tuvo lugar en Trinidad y Tobago del 17 al 19 de abril, y sobre funcionarios del Gobierno estadounidense encargados de la política de su país en América Latina.

En las conversaciones con el agente encubierto, la pareja dijo haberse encontrado con espías cubanos en México, Argentina, Brasil y Ecuador, entre otros países, y se jactaron de haber pasado una velada con Fidel Castro en 1995.

Todo empezó en 1979, cuando un funcionario cubano que trabajaba en la Misión de su país ante la ONU en Nueva York reclutó a los Myers como espías, según el FBI. El Gobierno no reveló por qué supuestamente accedieron a traicionar a EE.UU.

Walter se transformó en el "Agente 202", mientras que su mujer era la "Agente 123" y "Agente E-634".

Recibían sus instrucciones, como el resto de los espías cubanos en Estados Unidos, en mensajes cifrados de radio de onda corta en un aparato que el FBI encontró en su apartamento en Washington, según el affidávit.

El período más fructífero de la carrera de Walter Myers como espía fue cuando en julio de 2001 dejó de ser profesor y entró a trabajar como experto en asuntos europeos para la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Estado.

Allí obtuvo autorización para ver documentos con el sello "Top Secret" y la aprovechó para leer más de 200 informes secretos o "delicados" sobre Cuba desde agosto de 2006 hasta octubre de 2007, según la Fiscalía.

"Siempre fui muy cuidadoso. Normalmente nunca sacaba documentos", presuntamente le confesó Walter Myers al agente encubierto del FBI. En su lugar, memorizaba la información o tomaba notas.

Pero su cuidado no fue suficiente y, septuagenario, afronta como su mujer una pena máxima de 35 años de prisión si es condenado.