El Ejército asume el control de la ciudad neozelandesa de Christchurch tras el seísmo

AGENCIA EFE 06/09/2010 08:10

El primer ministro, John Key, indicó que la mitad de los hogares de la región de Canterbury, unas 100.000 viviendas, quedaron afectadas por el temblor, aunque los mayores daños se produjeron en Christchurch, habitada por unas 380.000 personas.

Varias decenas de soldados mantienen acordonado el centro de la ciudad, al que sólo se puede acceder a través de los controles de seguridad montados para prevenir el pillaje y accidentes provocados por el eventual derrumbe de los edificios dañados por el temblor.

El Gobierno prolongó el estado de emergencia en el sur del país hasta el miércoles y también el toque de queda en Christchurch entre las 19.00 y las 7.00 horas para garantizar la seguridad ciudadana.

Un persona murió de un ataque al corazón y decenas resultaron heridas, dos de gravedad, a causa del desmoronamiento de paredes o techos tras el temblor, cuyo epicentro se localizó 31 kilómetros al noroeste de Christchurch, situada en la costa oriental de la isla sur.

Más de 500 edificios comerciales registraron daños y al menos un 20 por ciento de las viviendas de la ciudad ha sido declaradas inhabitables, mientras continúa cortado el suministro de agua y electricidad en algunos barrios.

Las réplicas del terremoto, hasta 80 desde el sábado, así como el temporal están dificultando las tareas de rehabilitación en Christchurch, donde muchas calles siguen siendo intransitables debido a las fracturas en el pavimento y los escombros de las fachadas derruidas.

Los equipos de emergencia indicaron que han conseguido reparar secciones de la red de suministro de agua y electricidad, aunque varios cientos de damnificados están alojados en centros de acogida tras haberse quedado sin hogar.

Algunas consultoras financieras, como el grupo Tower Ltd, calculan que las reclamaciones de seguros ascenderán a 5 millones de dólares neozelandeses (unos 3,6 millones de dólares o 2,7 millones de euros).

El primer ministro dijo que pasarán semanas antes de que se tenga un balance sobre la magnitud de los daños y agregó que el Gobierno estudiará caso por caso las indemnizaciones para aquellos que no tengan seguro.

"Hay que ser muy cuidadosos en esta situación y hay que enviar un mensaje a los neozelandeses: Es muy importante y necesario tener seguro", indicó Key a la prensa local.

Key, que llegó al lugar a la pocas horas de ocurrir el terremoto, calificó de "milagro" que nadie haya pereciera aplastado por los cascotes de los edificios que se derrumbaron.

"Es como si hubieran metido algunas partes de la ciudad en una centrifugadora a toda revolución; he llegado a ver una iglesia partida por la mitad", explicó el jefe del Gobierno.

Las máquinas excavadoras comenzaron el lunes a derrumbar los edificios más dañados de Christchurch, donde la mayor parte del transporte público continúa suspendido, las escuelas permanecen cerradas y las autoridades han pedido a los ciudadanos que no acudan a sus lugares de trabajo

Las autoridades instalaron baños públicos y cisternas de agua en varios puntos de la ciudad, después de que se produjeran casos de gastroenteritis debido a que el agua corriente se ha contaminado tras la ruptura de las tuberías.

Desde el sábado, la Policía ha detenido a cerca de una decena de personas que presuntamente intentaron saquear viviendas y comercios del centro de Christchuch.

"Los tribunales actuarán de forma severa con quienes violen la ley tras el desastre, afortunadamente, la mayoría de los ciudadanos han respondido con ganas de ayudar al prójimo", manifestó el juez Michael Crosbie.