La disposición presidencial, que levanta la medida extraordinaria en las regiones de Moscú, Nizhni Nóvgorod y la república de Mordovia, fue adoptada sobre la base de un informe del ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia.
El 2 de agosto, en vista de la gravedad de los incendios, el jefe del Kremlin impuso el estado de emergencia en siete entidades de la Federación Rusa, y diez días más tarde fue levantado en tres de ellas: las regiones de Vladímir y Nizhni Nóvgorod y la república de Mari El.
Según los últimos datos oficiales, los fuegos forestales causaron la muerte de 54 personas, destruyeron más de 2.500 viviendas y obligaron a evacuar a cerca de 5.500 damnificados.
La víspera, el titular de la cartera de Emergencia, Serguéi Shoigú, cifró en cerca de 12.000 millones de rublos, unos 400 millones de dólares, el gasto en los trabajos de extinción y en la asistencia y compensaciones a los damnificados.
Desde el comienzo del verano, los incendios han arrasado en Rusia cerca de 900.000 hectáreas de bosques.