María Zacco, de 34 años, y su marido, de nacionalidad inglesa, habían cogido el barco que los debía llevar desde Roma a Ischia. Era una nave de la línea Grimaldi lines que partió a las 22:30 del sábado de Civitavecchia.
La mujer se encontraba en el sexto mes de un embarazo que hasta hoy había transcurrido con normalidad. Tras pasar la noche en el barco, a primera hora de la mañana ha comenzado a notar contracciones cada vez más fuertes y cada menos tiempo. Al darse cuenta de que se estaba poniendo de parto lo puso en conocimiento del capitán del barco.
Estaban navegando en el golfo de Nápoles, cerca la isla de Capri. Las condiciones meteorológicas hacían imposible acercarse a tierra. Se planteó la posibilidad de llamar a un helicóptero de Sanidad pero el barco no está preparado para que el helicóptero pudiese aterrizar. Al final se optó por otra solución de emergencia: por mar se transportó al barco a un médico de Capri mientras llegaba por aire un helicóptero especializado en la lucha contra el fuego. Gracias a su gran dotación, han hecho descender una camilla en la que se ha izado a la parturienta hasta el helicóptero. Junto a ella ha viajado el médico. Este ha tratado de contener el parto ya que, sin medios para auxiliar al bebé, éste moriría.
En Nápoles les esperaba una UVI móvil. El parto se ha producido al aterrizar y, aun que el neonato ha sido inmediatamente depositado en una incubadora, no ha podido salvar la vida. LA