"Aquella tragedia, aquel genocidio, por desgracia, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo el aniquilamiento de poblaciones enteras", ha dicho el Pontífice desviándose del texto inicialmente preparado en le que hablaba no de genocidio sino de persecuciones.
Además, Francisco considera "triste" que, mientras tanto, las grandes potencias miraban para otro lado". Durante su alocución, también ha recordado a los cristianos de Oriente Próximo, que todavía hoy siguen perseguidos y ha pedido a Armenia que avance en las buenas relaciones con sus vecinos, con la bendición de Dios y de su fe, "seña de identidad del pueblo".
Por su parte, el presidente armenio ha calificado de "histórica" la visita del Papa y ha explicado que "el pueblo armenio ha tenido que enfrentarse a muchos sufrimientos e infortunios y la negación de lo sucedido".
"Nunca hemos perdido nuestra fe ni nuestros valores. Uno no puede menos que creer en el mensaje de la justicia: el genocidio armenio es un hecho histórico y una realidad innegable, a pesar de la negación histórica", ha recalcado.
Por su parte, el Papa ha reconocido que Armenia es "un pueblo que ha sufrido mucho, pero que siempre volvió a renacer". Así, ha evidenciado nuevamente su "experiencia gloriosa y dramática de un pueblo que siempre amó a su patria". "Rindo honor al pueblo armenio que siempre encontró en la cruz la fuerza para levantarse y emprender nuevamente el camino con dignidad", ha señalado.
Por otro lado, ha expresado su deseo de que la humanidad "sepa extraer de aquellas trágicas experiencias la enseñanza para actuar con responsabilidad y sabiduría y no volver a caer en tales horrores". "Que prevalezca siempre el diálogo y la búsqueda de la paz", concluido.
No es la primera vez que el Papa usa el término "genocidio" para referirse a las persecuciones de los turcos. Durante una misa en abril del año pasado, el Papa usó esa misma expresión y provocó un conflicto diplomático con Turquía que llamó a consultas al nuncio vaticano en Ankara.