En la protesta, que transcurrió sin incidentes, los asistentes gritaron proclamas como "¡Europa está con nosotros!", "¡No nos humillen!" y "¡No nos dejamos sobornar por 300 euros!", esto último, en alusión a la recompensa que las autoridades franceses han propuesto a aquellos que vuelvan a su país de forma voluntaria.
También entregaron una carta las 13 ONG convocantes de la protesta en la que piden al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ponga fin a la expulsión de ciudadanos europeos tan solo por pertenecer a un determinado grupo étnico.
En la carta también se subraya que los derechos de los ciudadanos búlgaros deben de ser respetados en Francia de la misma manera que los de los propios ciudadanos de ese país.
"Los gitanos búlgaros no exigen nada más que estar equiparados en Francia con los demás pueblos de Europa. Los que van a Francia lo hacen para escapar de la pobreza y para buscar una vida mejor. La pobreza no es un delito ni es argumento para privar de forma brutal a centenares de personas de sus derechos fundamentales", se lee en la misiva.
En la concentración los participantes criticaron también el tratamiento del Gobierno búlgaro a la minoría romaní y exigieron el fin de políticas "racista" tanto en el país balcánico como en Francia.
Un total de 41 gitanos búlgaros, según fuentes del Ministerio de Exteriores, han sido expulsados por Francia en las últimos tres semanas y ya han vuelto a Bulgaria.
En el censo de 2001 se cifraba en unos 370.000 el número de búlgaros pertenecientes a esta minoría, aunque algunas ONG elevan ese dato hasta 800.000 personas, cerca del 10 por ciento de la población total del país.