Según ha informado hoy el instituto armado, "la vida de la niña hubiera corrido peligro" al no ser por la llamada de un vecino alertando a los agentes, que rompieron el cristal del coche para sacar a la niña.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo cuando la Guardia Civil de Artá recibió aviso de un vecino que informaba de que a unos 800 metros de las cuevas de Artá había un vehículo estacionado en el arcén de la carretera, totalmente cerrado y con un niño de corta edad en el interior, sin que hubiera ninguna persona más en los alrededores.
Al lugar se desplazaron agentes del instituto armado de Artá y de la Policía Local de Capdepera, quienes observaron que en el interior de un coche de alquiler había una niña de corta edad sentada en el asiento trasero, "llorando y sudando en abundancia, con claros síntomas de calor con la piel bastante enrojecida".
Los agentes decidieron romper un cristal del vehículo para poder rescatar a la menor y atenderla "ante los evidentes síntomas de deshidratación", hasta que llegaron los servicios médicos, que determinaron que no era necesaria ya su intervención porque la niña había ingerido agua y se encontraba en perfecto estado.
Tras el rescate de la menor, se intentó la localización de los padres de la niña, que fueron identificados como una pareja de turistas de nacionalidad alemana "que se habían desplazado al lugar para visitar las cuevas de Artá, y estaban allí tranquilamente", según la Guardia Civil.