Desde que nació, hace 10 meses, Rodrigo vive conectado a dos máquinas que cumplen la función que le falta: su aparato digestivo.
El pequeño Rodrigo aún no ha cumplido un año y ya ha pasado 10 veces por el quirófano sin resultado por lo que, ahora, espera la única solución que le queda que es un trasplante multivisceral. Necesita una donación de estómago, duodeno, intestino, páncreas e hígado.
"Vivimos pendientes del teléfono para el día que nos llamen coger al niño y salir corriendo a Madrid", explica el padre del pequeño.
Pero encontrar un donante para Rodrigo no es fácil porque su escaso peso, sólo alcanza los tres kilos trescientos, limitan la búsqueda a bebés y este tipo de donaciones suelen reducirse a diez por año. Por eso el padre de Rodrigo hace un llamamiento, "aunque sea dura la muerte de un hijo que no se debe limitar sólo en ese plano, que hay niños como Rodrigo que necesitan órganos para vivir". BQM