En el interior del bolso de la ciudadana alemana Caterina Remhof, de 26 años, los carabinieri han encontrado una pequeña libreta con lúgubres apuntes relativos al suicidio. El hombre, Sascha Smidt, de 24 años, podría haber sido visto por un trabajador de las líneas ferroviarias italianas intentando coger un tren en dirección a la ciudad de Innsbruck. Entretanto, el hijo mayor habría aportado datos importantes a la policía para construir el puzzle de la investigación. Los tres hermanos se encuentran bajo la tutela de los servicios sociales italianos mientras se prepara su repatriación a Alemania. El padre natural de los hijos cumple condena por haber matado en 2006 a una cuarta hija, que falleció a consecuencia del maltrato cuando apenas tenía siete semanas.
Los servicios sociales italianos aseguran los niños son extremadamente tranquilos. No han llorado, no han protestado, apenas preguntan por su madre y esperan a que les pongan la comida. Están acostumbrados a una vida dura, con toallas en vez de pañales, sin biberones, ni muñecos. Lo único que expresa el mayor sobre su madre es que "mama se ha perdido".