La pareja festejaba la último noche de sus vacaciones en el Presthaven Sands, parque de caravanas en Gales del Norte hasta que se emborracharon, según ha publicado el tabloide 'Mirror'.
En la borrachera olvidaron que tenían a dos hijos, uno de ellos, llamó al abuelo contándole que estaba asustado y que quería volver a casa.
El abuelo preocupado llamó al departamento de Seguridad del lugar que a su vez, avisó a la Policía. Los agentes encontraron a los padres borrachos y explicaron que al llegar pensaron que el lugar había sido saqueado.
Cosas por el suelo, medicamentos y hasta un encendedor, todo al alcance de los pequeños. El padre y la madre dormían en habitaciones separadas y tuvieron dificultades para despertarlos debido al estado de ebriedad en el que se encontraban.
Los niños no habían sufrido ningún daño.
Los pequeños serán devueltos a su madre y su padre, conocido por estar en libertad condicional, tendrá que aportar horas de trabajo social no remunerado a la ciudad.