La última víctima de violencia machista se llamaba Rebeca, tenía 48 años, era una abogada penalista muy conocida en Zaragoza. Su presunto asesino, José Javier, constructor de 50 años.
Rebeca llevó su defensa cuando él mato tiros a su esposa en el año 2003, en una entrevista realizada durante el juicio, la abogada alegaba que su defendido “no se pudo contener”.
La relación profesional se convirtió en una relación sentimental, algo que ha confirmado el entorno familiar, aunque Rebeca seguía casada y tenía un hijo.
Fue su marido quien denunció su desaparición ayer por la tarde en Zaragoza cuando no volvía a casa. Ella no contestaba el móvil, ni él tampoco. Con ayuda de la hermana del hombre, la policía fue a su piso pasadas las 4 de la madrugada y allí encontraron a Rebeca, ya cadáver, con heridas de arma blanca. José Javier no estaba en casa.
Según la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, el hombre había sido localizado a medianoche en Teruel, donde se dio muerte por suicidio. Llevaba dos años en libertad condicional, después de cumplir las tres cuartas partes de la condena a 18 años de cárcel, por matar de varios disparos de rifle a su mujer. Fue en La Puebla de Híjar (Teruel), la localidad donde vivían y donde ella era la candidata del PP a la alcaldía. Tenían en común tres hijos menores.
El juez de Vigilancia Penitenciaria dejó en libertad en contra del criterio de la junta de tratamiento de la prisión a José Javier.
El juez de vigilancia le concedió en tercer grado en diciembre de 2011, a pesar de la propuesta contraria de la junta de tratamiento de la prisión de Teruel. En enero de 2017 el juzgado otorgó la libertad condicional, en este segundo caso también con la opinión en contra de la junta de tratamiento de la prisión de Zuera.