El 17 de febrero, la Guardia Civil comunicó a las policías locales de varios municipios la desaparición de María y su bebé. En menos de una hora, ambas fueron halladas sanas y salvas por lo que no se inició ningún trámite con servicios sociales, según pudo saber 'Levante-EMV'.
Sin embargo, la preocupación de la abuela no cesó. Un vecino de Godella fue testigo de cómo Noemi M. C. acudió al centro de salud con su hijo muy preocupada por lo ocurrido. "Tengo miedo por la vida de mis nietos", dijo la mujer entonces.
Iba a pedir unos ansiolíticos, según ha dicho la testigo a 'Las Provincias', por consejo de la Guardia Civil, pero la médico de guardia no se los dispensó y le indicó que debía valorar primero a la paciente, a lo que, desesperada, la mujer le espetó: "A mí ella no se me quiere ni acercar, me ve como una enemiga".
Este fue solo uno de los episodios en los que la abuela alertó de la situación de sus nietos. Como ya se ha conocido el 11 de marzo, Noemi M.C. discutió con su hija y avisó a la Policía. Dos patrullas de Godella y de Rocafort, acudieron a la casa que ocupaba la pareja y sus hijos y, según comunicado del Ayuntamiento de Godella, constataron que se trataba de una disputa generacional y que "tanto progenitores como menores se encontraban en buenas condiciones".
Dos días después, la abuela volvió a alertar al Teléfono del Menor, que avisó a Servicios Sociales, que a su vez contactaron con el centro de salud y el colegio de Rocafort, la localidad donde estaba escolarizado Amiel, pero al que no acudía desde finales de febrero.
"Algo ha fallado" en este caso, declaró Javier Urra, psicólogo forense de la Fiscalía de Menores de la Comunidad, a Informativos Telecinco, reconociendo que "ha habido poca agilidad" en la intervención.
Por su parte, las amigas de la madre no se explican cómo pudo suceder. "Fui el miércoles por la tarde, estuve con los niños que estaban en buenas condiciones. Todo normal. Nada que me indicara que fuera a pasar esto. La vivienda estaba perfecta, todo estaba recogido. La madre no se encontraba en la casa y el padre estaba totalmente normal", declaró una de ellas en exclusiva a Informativos Telecinco.
Solo un día después de la última alerta de Noemi M. C. dos llamadas alertaron de gritos de la casa que okupaban Gabriel y María. El hombre estaba en la vivienda, la mujer y los niños habían desaparecido.
Un operativo de búsqueda formado por 110 efectivos con participación de Guardia Civil, Policía Nacional y Local, voluntarios de Protección Civil y bomberos con perros de búsqueda especializados en hallar personas vivas y fallecidas se puso a trabajar.
Tras unas declaraciones confusas de Gabriel, lograron dar con el paradero de María. Estaba escondida con un bidón, "presentaba unos arañazos, propios de haber corrido, sin más", explican fuentes de la investigación.
Aunque en un primer momento no mostró una actitud de colaboración con la Guardia Civil y realizó manifestaciones confusas como que sus hijos "tenían que resucitar", los agentes pudieron convencerla de la conveniencia de que revelara dónde se encontraban. Ella misma les reveló que se encontraban en dos fosas, a 75 y 150 metros, de la casa donde vivían.
María y Gabriel fueron detenidos. Ella se encuentra ingresada en la unidad de psiquiatría del Hospital de Llíria a la espera de ser tomada declaración y de que los médicos evalúen su estado mental ya que se baraja que podría haber matado a sus hijos durante un gran brote psicótico fruto de una esquizofrenia.
Él ya está en prisión tras declarar ante el Juzgado de Instrucción número cuatro de Paterna.
La Guardia Civil cree que los mató la madre, aunque ambos progenitores están acusados del doble crimen de sus hijos. Además, tras el primer análisis forense, que habla de golpes en el cuerpo y en la cabeza con enseñamiento, la principal hipótesis es que uno de los menores fue golpeado contra el suelo y el otro, con un objeto. No obstante, los forenses están haciendo más pruebas para ver si pudo se les suministró antes algún sedante.
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