El imputado, Mario Tolosa, tenía el hábito de recoger a los niños en su casa y llevarlos en su furgoneta a jugar al fútbol en el club del que es vicepresidente.
Los pequeños lo llamaban entrenador, aunque no tiene ese título, según el diario argentino Clarín.
El 6 de marzo de 2010 Tolosa llevó al niño de seis años al Club de Buenos Aires y lo violó en el baño. El pequeño contó lo sucedido a su abuela que lo revisó y comprobó los daños físicos sufridos por la agresión sexual.
La propia abuela denunció a un tribunal de su localidad, en San Martín, que condenó al directivo a seis años de cárcel. La sentencia fue apelada y la pena al violador fue rebajada a tres años y dos meses.
Los argumentos han provocado polémica en los medios argentinos: Los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués explicaron: “No puede ser ultrajado un niño que está acostumbrado a ser ultrajado en su casa y que está habituado a la sexualidad y que tiene una orientación homosexual”.
La fiscalía, por su parte, ha apelado el fallo y critican el razonamiento de los jueces, los mismos que en 2011 redujeron la pena a un pastor que violó a dos niñas argumentando que estas “viven en comunidades en las que el nivel social acepta relaciones a edades muy bajas”.