Actuar en la fase aintomática de la enfermedad cardiovascular, la clave del éxito

EUROPA PRESS 14/10/2014 11:28

Este objetivo supone un cambio en la forma de valorar y atender la enfermedad cardiovascular en el ámbito de la Atención Primaria, ya que básicamente se trata de formar al facultativo para que sea capaz de detectar precozmente trastornos que aún no se han manifestado clínicamente, pero que subyacen de forma latente en el enfermo y que, en la mayor parte de los casos, terminan provocado un evento cardiovascular.

"Esto supone anticiparse a la evolución natural de la enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, permite establecer medidas preventivas de forma precoz, lo que optimiza sus posibles beneficios", ha afirmado el médico de familia del Centro de Salud Vallobín-La Florida de Oviedo y coordinador del Área Cardiovascular de SEMERGEN, el doctor Miguel Ángel Prieto Díaz.

RECURSOS PARA LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR

Para informar sobre la existencia de factores de riesgo cardiovasculares y de la presencia de enfermedad cardiovascular, existen recursos como la medición del grosor de la íntima-media (a través de la ecografía o los ultrasonidos) o el cálculo del índice tobillo-brazo, que permiten al médico diagnosticar una lesión del órgano en las etapas iniciales y que se presentarán en el Aula Cardiovascular del 36 Congreso Nacional de SEMERGEN.

Para los médicos de AP el uso de la ecografía o de la ecocardiografía para realizar el grosor de intima/media carotidea, la medición del índice tobillo/brazo y el electrocardiograma es "absolutamente imprescindible si queremos ser eficientes", ha afirmado el doctor Prieto.

Por otro lado, también son imprescindibles los recursos que permiten monitorizar las cifras de presión arterial fuera de la consulta médica. "Sabemos que cuando tomamos decisiones clínicas con la presión arterial que medimos en consulta nos equivocamos en casi un 30 por ciento de las ocasiones", ha añadido el doctor Prieto.

Sin embargo, gran parte de este amplio margen de error se reduce significativamente con el uso de la Automedida de Presión Arterial/Monitorización ambulatoria de presión arterial (AMPA/MAPA), dos técnicas que permiten medir la presión arterial fuera de la consulta y que acercan esas medidas a la realidad de la presión arterial que tiene el paciente en cada momento.

Por último, el electrocardiograma es una herramienta muy útil en AP, no solo para diagnosticar determinadas patologías, sino también para prevenirlas. Incluso, cuando ya se ha producido un evento cardiovascular, el electrocardiograma también aporta información relevante de la evolución del paciente, por lo que es necesario monitorizar el seguimiento de estos pacientes con esta técnica.