Los hijos del acusado del crimen de La Estrecha dicen que amenazó a su madre con matarlos si se separaba

EUROPA PRESS 04/10/2011 12:14

La hija del acusado de apuñalar mortalmente a su mujer en febrero de 2010 en La Estrecha (Oviedo) ha señalado este martes que su padre había amenazado a su madre con matarla a ella o a los hijos si se separaba de él.

Oculta tras un biombo en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial de Oviedo, la testigo, personada como acusación particular, ha coincidido con su hermano en que su padre fue "siempre" una persona "mentirosa" y "violenta", que les agredía físicamente cuando le contradecían.

En este sentido, el hijo, primero en llegar al domicilio familiar tras el crimen, ha añadido que su padre "manipulaba la realidad a su antojo" y "contaba batallitas para llamar la atención".

El hombre ha explicado que pese a sus numerosos antecedentes psiquiátricos el acusado "siempre diferenció lo que estaba bien y mal". En este punto, ha relatado que en un ocasión, el día de Reyes de 2008, mientras la familia merendaba, le persiguió por el domicilio con un cuchillo para apuñalarle por un problema con un vaso de leche.

COLECCIONABA CUCHILLOS

En el juicio, ha reconocido el arma homicida, un puñal de monte que el propio acusado le regaló cuando él era un niño y que acabó quedándose puesto que "coleccionaba cuchillos".

Preguntado sobre lo ocurrido el día del crimen, el testigo ha recordado que acompañó a sus progenitores a una misa por una tía fallecida, hermana del acusado, y tras la Eucaristía paseó con ellos y tomaron algo en un bar, en el que su padre consumió "una cerveza". A continuación, les llevó en coche a casa con el propósito de verles, como era habitual, en la comida del día siguiente.

Así, sobre las 15 horas del domingo, se encontró la puerta del domicilio cerrada por dentro y tras varios intentos fallidos de acceder contactó por teléfono con su padre. En un primer momento, el imputado le dijo que estaba con su mujer en Gijón y minutos más tarde confesó que la mujer estaba muerta y que avisase a la Policía. "Nunca se me pasó por la cabeza que pudiera hacer algo así", ha lamentado emocionado.

"DIJE QUE HABÍA RESBALADO"

Tras él, su hermana ha explicado que vivía junto a su marido y el hijo de ambos, de 22 meses, en el domicilio de sus padres desde el año 2007 porque así se lo había pedido su madre, presa del miedo. La mujer ha recordado que, en una ocasión, estando embarazada, su padre le dio un puñetazo que le provocó un sangrado por el que tuvo que asistir a la unidad de Maternidad del Hospital. "Mi madre me pidió que no dijera nada porque me mataría y le dije a la doctora que me había resbalado", ha manifestado.

En su declaración ha respondido que el día de los hechos habló por teléfono por última vez con su madre a las 10.15 y ésta le explicó que estaba viendo la televisión. Quince minutos más tarde, cuando volvió a llamar para advertirles de que cerraran las ventanas de la terraza por el viento, su padre respondió al teléfono y con el habitual de tranquilidad le dijo que su madre estaba en el baño y que estuviera tranquila.

En la sesión de este martes han declarado también seis policías que intervinieron en la detención, el atestado y la inspección ocular del domicilio. Todos los relatos han coincidido en extremos como que el acusado reconoció que había matado a su mujer, que su actitud era de absoluta tranquilidad, que en el domicilio no había restos de lucha ni manchas de sangre y que en la cocina había bolsas con ropa y medicinas que el acusado manifestó tener preparadas para llevar consigo cuando la Policía viniera a buscarle.

Los agentes han indicado que no mostraba dolor ni arrepentimiento y que sus respuestas fueron coherentes en todo momento, si bien, el hombre les dijo que había discutido con su esposa por la programación de la televisión y que no recordaba nada más.

OCULTÓ EL ARMA

Uno de los agentes, inspector jefe, ha recordado que el arma se encontró dos días después oculta bajo la ropa en un estante de un armario empotrado del pasillo con restos de sangre, presentes también en la indumentaria que el acusado vestía habitualmente para estar en casa. La víctima, por su parte, estaba tapada con una manta en un sofá con puñaladas en abdomen, cuello y cabeza y restos de haber ejercido una resistencia leve en manos y antebrazos, característicos de alguien que "no espera el ataque".

Última en prestar declaración, una amiga de la víctima ha señalado que llamó al domicilio sobre las 13.20 horas del domingo y el acusado le dijo que su mujer estaba en Oviedo. La mujer ha abundado en que el hombre "a veces estaba tranquilo y otras muy alterado" y la víctima le había manifestado que su esposo solía dormir con cuchillos debajo de la almohada.

LOS HECHOS

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el 27 de febrero de 2010 la pareja estaba sola en el domicilio familiar, cuando el hombre, "decidido a matar a Isabel", cogió un cuchillo robusto y dentado de 19 centímetros de longitud y 3,5 centímetros de anchura y se lo clavó varias veces.

Las primeras lesiones que le provocó eran de por sí mortales y, sin embargo, continuó clavándole el cuchillo cuando la mujer aún estaba viva y consciente, en el cráneo, la cara y el cuello. Cuando la mujer sufrió la agresión estaba en el sofá, desprevenida, y "no tuvo posibilidad real de defensa". El acusado, natural de Galicia, fue detenido como presunto autor de un delito de homicidio.

El hombre presenta varios antecedentes de ingresos psiquiátricos pero, pese al historial, la Fiscalía sostiene que en el momento de realizar los hechos "era plenamente consciente y dueño de sus actos" y "no tenía mermadas sus facultades cognitivas ni volitivas".

El juicio, en el que el acusado se enfrenta a penas de cárcel que podrían alcanzar los 25 años, continuará mañana con la declaración de los psiquiatras que examinaron y trataron al acusado. La defensa alega enajenación mental absoluta y pide la libre absolución.