Adiós al potito y al puré: el método BLW revoluciona la alimentación infantil

Informativos Telecinco 11/12/2018 18:31

La primera vez que se escribe sobre el método Baby Led Weaning (alimentación complementaria dirigida por el bebé), en una revista pediátrica española fue en 2013 y aunque su empleo todavía no es mayoritario, cada vez se utiliza con más frecuencia, asegura José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Lidia Folgar, Dietista-Nutricionista y autora del libro ‘Aprender a comer solo’, nos explica los inicios del método BLW: “Es como volver a lo de siempre, en Reino Unido, Canadá o Nueva Zelanda lleva mucho más tiempo que en España. Cuando la OMS recomendó que la lactancia materna exclusiva o en su caso leche de fórmula, se realizase hasta los 6 meses y no hasta los 4, las habilidades de un bebé de esta edad ya están mucho más desarrolladas y por ello no era necesario pasar por una alimentación de transición

Conchi García, Dietista-Nutricionista y experta en el método de BLW, además de madre que utiliza el método con sus hijos, nos explica cómo introducir a los bebés: “Es un método gradual de incorporación de alimentos que consiste en que el propio bebé utilizando sus manos decide de forma activa y consciente qué alimentos y qué cantidad comer según su sensación de hambre/saciedad así como sus gustos y preferencias. El bebé se sentará en la mesa familiar desde el primer día y se podrán a su alcance alimentos saludables para que pueda experimentar con su forma, textura, olor, color y así conocer cada alimento de manera individual”

Lidia Folgar habla de las tres claves para saber si un bebé está listo para comenzar a realizar el método BLW: “necesita mantenerse erguido por sí mismo cuando se encuentra sentado, que ya no tenga el reflejo de extrusión y que tenga una coordinación de mano-ojo-boca. El 86% de los bebés de 6 meses tienen estas habilidades”

Beneficios del BLW

La experta en el método de la alimentación complementaria dirigida por el bebé, Conchi García, nos habla de los beneficios nutricionales: "En España se facturan 500 millones de euros correspondientes a la venta de productos alimentarios infantiles cuando ese tipo de productos no sólo no son mejores nutricionalmente sino que en la mayoría de los casos pueden ser poco saludables.

Un claro ejemplo son los cereales infantiles. La mayoría de estos cereales son con azúcares añadidos y en el caso de que sean 'sin azúcar añadido' normalmente contienen harinas modificadas (hidrolizadas o dextrinadas) que son carbohidratos predigeridos convertidos en azúcar la mayor parte y que la industria alimentaria permite catalogar como 'sin azúcar' por el vacío legal que existe al respecto.

Los niños no necesitan tomar alimentos especiales, ni cereales para bebé, ni 'mi primer yogur', ni potitos, ni geles o preparados de fruta 'listos para tomar'. Estos alimentos infantiles son productos altamente procesados, con un escaso valor nutricional y algunos de ellos son poco saludables con un alto contenido en azúcar. ¿No es mejor dar a nuestros niños alimentos naturales que podamos compartir en familia? Fruta, verdura, pan, pasta, arroz, legumbres,… no hay nada más natural y práctico que consumir alimentos de verdad y cocinar una única comida para toda la familia"

Pos su parte, Lidia asegura que los beneficios de este tipo de alimentación en el niños son múltiples: “Una de las claves de éste método es la autorregulación del propio bebé, al igual que pasa con la lactancia materna, donde el lactante decide cuando está saciado o cuando quiere seguir comiendo, sucede con el BLW, donde el menor come en función de su saciedad

“Admiten más texturas y más sabores, algo que se asocia con una mejor alimentación a partir de los dos años porque están acostumbrados. Un estudio (en menores de 2 años) reveló que los niños alimentados por éste método y los alimentados con triturados no pesaban ni más ni menos. Para muchos padres uno de los miedos es que el bebé no se alimente lo suficiente, pero no es así”

Conchi García hace referencia al instinto en el bebé y la importancia de la lactancia: "el hambre es un instinto de supervivencia innato que nos impulsa a alimentarnos cuando el organismo lo requiere y el mecanismo de hambre y saciedad en los niños funciona perfectamente y de manera natural así que debemos respetarles y no forzarles a comer por encima de sus necesidades. Es importante recalcar que uno de los objetivos de la alimentación complementaria es que nuestro bebé descubra nuevos alimentos saludables y habituales en la dieta familiar que más adelante formarán parte de su alimentación. Esto quiere decir que hasta los 12 meses la leche deberá seguir siendo el alimento principal del bebé y el resto de alimentos, como su nombre indica, serán complementarios.

La autora del libro, Lidia Folgar, destaca que la autonomía que adquiere un bebé con éste método “es beneficioso para su futura personalidad. Además que el niño coma en la mesa junto con la familia es mucho más importante de lo que creemos”

Cuidados a tener en cuenta

Entre los posibles inconvenientes a tener en cuenta sobre este método, el pediatra José Manuel Moreno Villares, nos señala los más destacados: “Una preocupación es la ingesta de hierro. Hay trabajos que no encuentran diferencias en la ingesta de hierro cuando se instruye a los padres en su importancia y en ofrecer diariamente comidas ricas en hierro: carne cocida en tiras o picada en forma de hamburguesas, bolas o palitos; yema de huevo, tortas de lentejas o judías blancas cocidas, palitos de tofu, humus, etc”

Uno de los principales miedos de los padres a la hora de emplear éste método son los atragantamientos, por ello advierten que los alimentos que se ofrezcan al bebé tienen que estar adaptados, es decir, las manzanas y las zanahorias nunca han de darse crudas, siempre cocidas o al horno para que estén blandas, no ofrecer ni aceitunas ni frutos secos. “Siguiendo unas normas básicas de seguridad no hay diferencias en el riesgo de atragantamiento. A todas las familias, independientemente del método utilizado, se les debe educar en la prevención de atragantamientos”

Conchi García nos hace una lista de los alimentos que se deben evitar antes del año: "Lácteos, azúcar, y los alimentos que la contienen. Miel, por riesgo de botulismo. Sal. Espinacas, acelgas, remolacha, nabo, limitadas por su alto contenido en nitratos. Pescados azules de gran tamaño com atún rojo, emperador, tiburón, lucio por su alto contenido en metilmercurio. Cabezas de gambas, de langostinos, de cigalas y el cuerpo de crustáceos como el cangrejo, nécora, buey o similares, debido a los niveles de cadmio. Carnes, pescados y huevo poco cocinado por riesgo a toxiinfección alimentaria. Bebida y tortitas de arroz por su contenido en arsénico inorgánico. Algas, ya que pueden contener altas cantidades de yodo. Carne cazada con munición de plomo, y alimentos supérfluos como postres lácteos, galletas, chocolate, bollería, embutidos, fiambres"

A pesar de todos los beneficios que se han enumerado, el pediatra Moreno Villares asegura que éste método “no es ni más beneficioso ni menos beneficioso (que los triturados). La calidad nutricional depende de los alimentos escogidos, no del método con el que se alimenten los bebés”